sábado, 22 de diciembre de 2012

Catalán

Hace apenas unas semanas mi mejor amiga y yo estuvimos en una cafetería de un barrio de Barcelona, Camp de l'Arpa, tomando unos croissants con chocolate y café con leche, respectivamente, y poniéndonos al día de los últimos acontecimientos de nuestras vidas.


En tres mesas bastante próximas estaban otra pareja de chicas y dos parejas más de chicos. En total, cuatro mesas ocupadas.


Mi amiga y yo hablamos castellano, y en un momento en que mi amiga salió fuera del local para hablar por teléfono pude comprobar que de las otras tres parejas que allí merendaban, dos hablaban en castellano y una en catalán.


Eso me llevó irremediablemente a pensar en la ley Wert y todo el revuelo que se ha montado al respecto del pobrecillo catalán.


Apuesto un café con croissant a que ninguna de las 8 personas que allí estábamos teníamos ningún problema por hablar un idioma o el otro, pero por el motivo que fuera, la distribución entre mesas era la que os he relatado.


Me pregunto yo qué pasaría si algún día dejásemos de manipular los idiomas a través de la política y dejásemos que la gente en la calle se apropiara de ellos, sencillamente, para comunicarse.


Ni catalán ni castellano están en riesgo de desaparecer en Catalunya, siempre que haya personas que podamos hablarlo.

domingo, 25 de noviembre de 2012

La voluntat d'un poble

Este año y por segunda vez consecutiva en L’Hospitalet de Llobregat serán las personas que estén en el paro las que acudan como representantes de la Delegación de Estado en las mesas electorales durante las elecciones de hoy, 25 de noviembre.

Vamos a ver, ¿tan difícil es pensar que si hay casi 800.000 parados en Catalunya, lo normal es que sean ellos los que estén hoy en las mesas electorales?

Es decir, para acudir a las mesas electorales hoy tenemos personas de muchas características generales, pero de dos concretas, o están trabajando en estos momentos o están en el paro.

Las personas que tenemos la suerte de trabajar, acudimos a nuestro puesto de trabajo cada día, ¿es necesario que llegue el fin de semana de elecciones y vayamos a ‘trabajar’ igualmente? ¿No sería más lógico que aquellos que por desgracia o por cualquier otro motivo no pueden ir a trabajar, dediquen uno de sus días a trabajar para el gobierno?

Pues parece que no, porque no se le ocurre a todo el mundo.

Esa es la diferencia entre la voluntad del poble o la d’un poble.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Bermuda triangle

¿La ciencia lo explica todo? Hoy estábamos tomando unas cervezas tranquilamente con mi amiga cuando entre otros muchos interesantes temas, ha salido el triángulo de las Bermudas.


Como casi todos sabéis, el famoso triángulo, situado entre Florida, Puerto Rico y las islas Bermudas, ha sido protagonista principal de misteriosas desapariciones de barcos y aviones durante muchos años.


En el preciso instante en el que se ha nombrado el maldito nombre, han aparecido dos posibilidades, la que cree que un misterio rodea y a la vez llena el triángulo, y la que cree que todo tiene una explicación científica.


Me alegra sobremanera saber que la ciencia puede, de un modo o de otro, explicarlo todo, pero a la vez me aterra.


Llamadme ignorante, pero yo soy de las ilusas que cree que se pueden explicar muchos fenómenos… pero no todos.

domingo, 11 de noviembre de 2012

¿Quién tiene el dinero?

No hablo de un dinero concreto, sino de dinero en general.

Vas por las autopistas y ves más coches que superan los 30.000 € que coches que estén por debajo de 20.000, viene ‘alguien’ en concierto y tiene que programar un segundo concierto porque las entradas del primero se han agotado en 6 horas.

Colas enormes para comprar el enésimo Iphone/pad/pod pid pud o ‘tablet’.

¿Quién es esa gente?

Yo sé que hay mucha otra gente que lo está pasando muy mal y que lleva años en el paro, y otros a los que están echando de sus casas por no poder pagar las hipotecas, pero ¿dónde están las personas que sí tienen dinero?

¿Por qué hay personas que están cobrando una paga vitalicia mensual superior a mi sueldo anual?

A nadie sorprendo si digo que los ricos son cada vez más ricos y los pobres, cada vez más desesperados, pero ¿por qué interesa tanto que esto siga siendo así?, ¿a quién le interesa, en realidad?

martes, 30 de octubre de 2012

Alice

Es poner las llaves en la cerradura y no puedo evitar hacer una inspiración profunda y sonreír. Eso ocurre cada vez que entro en casa.

Se podría deducir que mi vida es feliz, y sí, lo es, pero ese no es el motivo de mi sonrisa justo en el instante en el que introduzco la llave en la cerradura de mi casa. El motivo es que desde que sales por la puerta del ascensor o desde que superas medio tramo de escaleras, el rellano huele de maravilla, diversos aromas de lo más agradable acuden a cualquier nariz: mi vecina cocina.

Mientras trabajó, fue muchos oficios, pero el principal, el de cocinera, y suerte la mía la de haberme encontrado con ella cuando se ha jubilado y está encantada de cocinar por placer. Bueno, mejor dicho, mi vecina siempre cocina por placer. Entrar en su casa es como asomar la nariz por la cocina de cualquiera de los mejores restaurantes del mundo. Apuesto por ello, porque cocina mil cosas y todas de categoría.

Otra cosa es que a ti, concretamente, un ingrediente no te guste o que un sabor te resulte empalagoso, pero en general, sus recetas son fabulosas.

Y yo tengo la suerte de que además de para su propia casa, cocina para mí. Ella tiene un quehacer diario y nosotros el tema del táper resuelto [sí, amigos, al ritmo que vamos, el táper será aceptado por el DRAE bien pronto, si no, al tiempo].

Surgió como quien comenta qué buen tiempo hace hoy… ¿y si os cocinara? Y nosotros encantados, claro. Por un módico precio ella nos pasa unos deliciosos tuppers cada noche y nosotros disfrutamos de la más alta cocina en nuestra mesa.

Ni que decir tiene que soy la envidia de mis compañeras de oficina, todas esperan ansiosas que abra el tupper para descubrir las delicias o la originalidad o, sencillamente, la decoración de mi comida. Lo dicho, Alice es extraordinaria.

sábado, 27 de octubre de 2012

Protagonista

Hace muy poco vi en televisión a Patricia Ramírez, que pese a tener un nombre bien común, tiene una comunicación excelente. Su ligero acento andaluz no le impedía expresarse claramente, vocalizando cada palabra y transmitiendo el mensaje exacto de lo que pretendía decir. Nos encantó.
No vi todo el programa (Singulars, ese programa donde el presentador es más protagonista que los invitados), pero sí el final.
Para concluir, explicaba la importancia de aumentar nuestro vocabulario positivo, de usar con más frecuencia palabras positivas o frases que transmitan un mensaje en positivo: por ejemplo, en lugar de decir ‘hoy no voy a enfadarme’ decir ‘hoy voy a estar de buen humor’. Explicó que a quien le costara, pues no es ejercicio fácil, podía entrenarse cada día escribiendo en una pizarra una palabra o frase positiva para empezar el día. Y en casa, será porque soy muy positiva y porque tenemos una pizarra, lo hemos puesto en práctica.
Por la mañana, antes de irme a trabajar, entre la ducha, el desayuno y el ‘a ver si llueve’, suelo tener muy poco tiempo, pero me gusta pensar que ese pequeñito esfuerzo que hago en mi agenda cada mañana, es como si me tomara una pastilla de vitalidad.

sábado, 20 de octubre de 2012

El padre de la niña del tren

Como ya sabéis, yo voy cada día a trabajar en tren, concretamente en metro y tren. Bien, pues hace unas pocas mañanas muy cerca de mí iba sentado un chico relativamente joven (en esa franja de edad en la que no sabes si estamos hablando de 35, de 40 o de 45) con una niña de unos 5 años en al asiento de al lado.

 
La niña iba medio dormida y como aquel que no acaba de encontrar la postura en la cama, ella no acababa de encontrar su hueco entre su asiento y las piernas del padre. Yo presupuse que era el padre porque para ser su hermano era demasiado mayor y para ser su tío, vecino, tutor, o mil opciones más, siempre hay tiempo. La verdad no la sé.

 
Lo que me llamó la atención del caso es el cariño con el que el padre acariciaba a la niña, la subía en sus piernas para hacerle caballito y le explicaba al oído por qué tanta gente subía o bajaba en cada estación.

 
Me llenó de ternura ese gesto. Me gustó pensar que hay padres que tienen tiempo (u oportunidad, pero la aprovechan) para estar con sus hijos pequeños, y que probablemente lo harán cuando sean mayores. Me gusta pensar que los niños no molestan a sus padres y que cada día, se pueden dar muchas escenas así.

 
Yo me bajé en mi parada y ellos continuaron. Y al salir del tren, inevitablemente empecé a pensar en mi propio padre, sin duda, una de las personas más maravillosas que conozco.

sábado, 6 de octubre de 2012

Adif y la Generalitat, muy cerca

El medio de transporte que más me gusta es, con diferencia, el tren. Llamadme romántica, llamadme cualquier otro sinónimo, pero el tren, del tipo que sea, me transporta además de a donde se supone que quiero llegar, a muchísimas ideas, imaginaciones e historias que acuden a mi mente durante el trayecto. Dentro de un tren, soy capaz de convertirme en todo.
Pero hay un tipo de tren en concreto que tiene un fallo, cualquiera de Cercanías de Barcelona, su fallo es que nunca pasan a la hora a la que deberían pasar.
Actualmente yo trabajo fuera de Barcelona. Fuera no es muy lejos, pero tampoco cerca, o al menos, no lo suficientemente cerca como para poder ir andando en caso de un contratiempo en el transporte público o un exceso de energía por mi parte.
Pero últimamente vengo comprobando que tú llegas tan contento a la estación (la de salida o la de llegada) y o bien han pasado 4 minutos antes de que llegaras o bien, si llegas con 4 minutos de adelanto, el tuyo no pasa. Miras expectante a la pantalla que indica los próximos trenes y resulta que no pasa ningún otro hasta dentro de media hora, cuando lo normal en aquella franja horaria son 15 minutos.
Se te pone una cara de mala leche que ríete tú de los vaqueros del oeste con el cigarrillo en la boca.
Porque si te dieran una explicación, tal vez pudieras solidarizarte con la causa, pero si la única sensación que tienes es la de que te están tomando el pelo, se lleva bastante mal.
Cercanías en Cataluña se llama Rodalies y se transfirió hace unos años a la Generalitat de Catalunya, pero se transfirió a medias. Trenes, vías y catenarias, para Adif, gestión de Cercanías, para la Generalitat…y… unos miles de millones de euros prometidos para mejorar trenes, vías y catenarias, en algún papel escritos nunca encontrado.
Como siempre digo, quien decide la mayoría de las cosas que nos afectan es quien no las usa, porque me apuesto un café a que ni el señor de Adif ni el señor de la Generalitat tienen que estar ni un solo viernes por la tarde esperando media hora un tren que no llega, pasando frío al raso.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Estrellada

Ya sabéis que a mí no me gusta hablar nunca de política (por aquello de su impermeabilidad), pero es que a veces me llaman mucho la atención las contradicciones de la gente. Que las personas somos contradictorias debe ser tema de la naturaleza, pero ver que alguien que gritaba como loco los goles de la selección española durante la Eurocopa de 2012 después se pone una ‘estelada’ para reivindicar la independencia de Cataluña… pues me cuesta, qué queréis que os diga.

Para mí la coherencia es una de las grandes cualidades de las personas y algo tan sencillo como vitorear los goles de España en julio y dos meses después clamar por la independencia de Cataluña, pues no lo entiendo, por mucho que te guste el fútbol, o una cosa o la otra.

Y si le damos varias vueltas a la cabeza, creo que este hecho podríamos llegar a entenderlo, pero anoche escuché algo con tintes similares que me dejó helada: “yo nunca he sido independentista, nunca, mis padres son aragoneses, pero dada la situación económica actual [en Catalunya], pues me he vuelto independentista”.

A ver… ¿dada la actual situación económica te has vuelto independentista? Me alegro muchísimo de no se la esposa de este señor, porque el día que ganase tres veces más que yo, ya sé cuál iba a ser el camino (el del juzgado).

Vamos, a ver, ¿no se podría pedir la independencia por motivos algo más coherentes?, ¿algo más razonables? A ver, Sr. Puig, dígame por qué. Dispensi, Sr. Puig, per què?

Por lo demás, vamos a ver otra vez, hay quien de pronto te saca a la luz un año concreto de hace tres siglos para reivindicar sus derechos de hoy. ¿Cómo? Yo me niego a echar la vista tan atrás para reivindicar mis derechos de hoy, entre otras cosas, porque tres siglos atrás ni yo, ni mis padres, ni mis abuelos, ni mis bisabuelos ni mis tatarabuelos estaban en Catalunya.

En fin, sin ánimo de desanimar a nadie, má bien todo lo contrario, allá cada uno con su coherencia, me pregunto yo si todos tenemos derecho a echar mano del argumento que nos convenga para pedir lo que nos interese.

Pues sinceramente creo que sí, ¿acaso no hay feos que con un buen corte de pelo y la camisa recién planchada pueden ser el más guapo de la fiesta? Pues eso.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Con su mismo

La semana pasada salía de cenar de una trattoria situada en la plaza Ibiza de Barcelona cuando me sorprendió ver que si en la plaza había unas 50-75 mesas de terraza, el 100% estaban ocupadas y todas por un grupo de personas. Me alegró ver que buenas costumbres como la de tomarse una cañita al final del día con los amigos no se pierden, porque lo que necesita ahora nuestra economía es eso, que quien pueda, consuma, pero me sorprendió que un simple martes, a las 10 de la noche, el nivel de consumientes fuese tan alto.

 
Ayer nos decidimos en casa a hacer una visita al siempre entretenido Ikea. Me maravilla ver lo bien preparado que está para incitar al consumo. Todo es fácil en Ikea excepto salir corriendo de las secciones, porque siempre hay algún objeto imán, que te atrapa. Al dejar el coche en el parking ya vimos que el sitio libre no era la opción más abundante y una vez dentro, confirmamos que si no es nada fácil salir corriendo, no solo porque haya un gran número de objetos imán, sino porque también hay una gran proporción de personas alrededor de ellos.

 
Con estos dos ejemplos no quiero decir que no haya crisis, bien al contrario, con esto quiero decir que las personas de a pie ya estamos haciendo lo que podemos para activar el consumo, que es lo que nos dicen que hace falta, pero también quiero empezar a ver los esfuerzos que hacen los de un poco más arriba.

domingo, 15 de julio de 2012

Neg-ocio

Acabo de enterarme de que el Cine Renoir Les Corts de Barcelona está cerrado. Esta mañana he ido a averiguar qué películas teníamos disponibles para ir este fin de semana y mi sorpresa ha sido mayúscula al descubrir que uno de los dos Renoir que había en Barcelona ya no está.
Ignoro si está de reformas (era ya algo vetusto) o si la crisis ha hecho tanta mella que los dueños se han visto ‘obligados’ a cerrar sus puertas.
Desde que me fui a vivir a la otra punta de la ciudad, no he vuelto con mucha frecuencia, pero si para mí la evolución lógica de aquel cine hubiera sido una remodelación de las salas, no entiendo qué ha hecho que mi cine de más de media vida, haya cerrado las puertas.
Por otro lado, y tras escuchar las noticias de esta mañana en las que la palabra más repetida ha sido ‘recortes’, no me extrañaría nada que las cuentas no le hayan salido al señor dueño de los Renoir y no haya podido hacer frente al futuro del negocio.
Porque para muchos, la cultura es un negocio. Música, cine, literatura, teatro, pintura y más, son una forma, como otra cualquiera de ganar dinero. Pero para mí no.
Ganar dinero, mucho o poco, se convierte en imprescindible para vivir en el momento en el que entramos en la rueda de la sociedad consumista actual, pero la cultura no puede estar incluida en esa rueda, porque no nace de la necesidad de comer, la cultura nace de la necesidad de expresarse. La explotación de la misma, es sin duda otro tema.

sábado, 7 de julio de 2012

Soluciones


Todas las aguas a 1 euro.
Eso es lo que reza uno de los carteles situados frente a la entrada del bar ubicado en la salida de la estación de metro por la que paso cada día cuando voy a trabajar. Miento, a veces salgo por la otra salida, pero en esa no hay bar y, por tanto, no hay aguas a 1 euro.
Carteles hay varios, un cruasán pequeño con todos los cafés, bocadillos de infinidad de ingredientes… pero ninguno me llama más la atención que el de las aguas.
Por si alguien tiene dudas sobre a qué se refiere con ‘todas las aguas’, debo decir que el cartel viene ilustrado con una fotografía de tres botellas de agua, una grande, una pequeña y una mediana, todas a 1 euro.
Es curiosa la iniciativa, porque si compras cualquiera de las tres botellas en un supermercado, cuestan mucho menos, pero si compras una de las tres en cualquier otro bar de estación (tentada he estado de decir 'cualquier otro bar'), te costará mucho más. Así que teniendo en cuenta que el bar de la estación del metro compite con otros bares similares a él y no con los supermercados, la oferta me parece espectacular.
Después ya están los fueros internos de cada uno para decidir si se aprovecha más de la oferta o lo hace menos al comprar una u otra botella; pero este bar, en cuyo nombre ni he reparado porque debido a sus excelentes coordenadas no hace falta, lo pone francamente fácil.
Tiempos difíciles, soluciones sencillas.

domingo, 17 de junio de 2012

Poder

Hoy me he prometido hacer muchas cosas y si nada lo remedia, las voy a hacer.
Para mí, hacer muchas cosas no es tener una actividad detrás de otra y luego pensar en hacer otra tarea y luego otra y así hasta que caigas rendido en la cama por la noche.
‘Hacer muchas cosas’ para mí es querer hacer algo y hacerlo. Si hablo en plural es que al menos han de ser dos. Porque querer hacer algo (razonable para nuestros objetivos, por supuesto) y hacerlo no siempre es tan fácil. Me explico.
¿No os ha pasado nunca el decir ‘tengo que hacer esto, a ver si me acuerdo’ y obviamente… nunca más se supo? Tal día os volvéis a acordar… ostras, a ver si me lo apunto, que quiero mirar aquello. Y pasan los días y pasan.
Pues eso mismo, me da una rabia tremenda querer hacer determinadas cosas y que pasen los días y pasen y no llevarlo a cabo.
Y pasa a todos los niveles, eh, a todos. En casa, a ver si ordeno aquel cajón, a ver si me arreglo aquellos pantalones, a ver si… a ver, a ver y ver y no vemos nunca nada.
Hoy me he prometido hacer muchas de las cosas que tengo pendientes en mi cabeza, o algunas al menos.
Querer hacer algo y hacerlo es la clave para mí. Probablemente es otra versión del ‘querer es poder’.

domingo, 3 de junio de 2012

RAP


El viernes pasado volvía yo en tren, as usual, de mi trabajo en Castelldefels al centro de Barcelona, cuando entró en el vagón en el que yo viajaba uno de esos músicos que van pidiendo en los transportes.
Para mi sorpresa, era una rapero.
A mí el rap no me dice ni fu ni fa, pero reconozco que tampoco le presto mucha atención. Prefiero músicas con grandes melodías y mucha y atemperada voz, pero si algo bueno se cruza en mi camino, lo intento reconocer.
Pues bien, el viernes se plantó a escasos metros de donde un grupo de turistas, algunos vecinos de las poblaciones del recorrido y yo estábamos, un rapero.
En lo que popularmente se dice ‘nada’ empezó a enlazar las frases unas con otras al ritmo de la sencillísima base musical que tenía de fondo y al instante nos enganchó tanto a los que entendíamos la letra como a los que no en su reivindicación y canción en forma de rap.
Se quejó de lo mismo que lo hacen los periódicos y las radios y tele cada día. Se zambulló en la cruda realidad con las únicas armas que tenía, sus ideas y su voz.
Resultado, unos eurillos a su gorra y risas y aplausos tímidos para reivindicar lo mismo que él, que estamos hartos de todo y que, mejor o peor, haremos lo que podamos para sobrevivir, tren abajo, tren arriba, en la vida.

domingo, 1 de abril de 2012

Reforma laboral

Ya he perdido la cuenta de cuántas veces me han despedido. Todas para beneficio del empresario. Es decir, siempre ha coincidido con que un empresario ha querido cerrar un departamento de su empresa (la primera), un proyecto se ha acabado y el empresario no tenía otro en puertas (la segunda), un proyecto se acababa y el gerente aprovechaba para jubilarse y, por qué no, una multinacional quería eliminar gran parte de su plantilla en cada país y en Barcelona nos tocó a nosotros (la última).

Hoy felizmente tengo trabajo, de hecho, puedo decir que me he pasado la práctica totalidad de la crisis trabajando (las dificultades las sufrí sobre todo al comienzo de mi carrera).

Mi generación ya no es la del trabajo continuo, una empresa hasta la jubilación o un marcharse de un trabajo cuando te interesa más otro. Eso, si no tienes una pareja que gane dinero a espuertas, no se puede hacer o al menos yo no lo recomiendo.

Ahora llega la reforma laboral y la gente se alarma. ¿Por qué? Sí, ya sé por qué, pero yo, optimista por naturaleza, quiero verlo desde otro punto de vista. Desde el del trabajo.

Si ahora los empresarios no van a tener dificultad alguna en despedir a los empleados, sean guapos, feos, altos, bajos, embarazados, casi prejubilados, etc., ¿qué les queda? Pensad por un momento qué les queda… ¡nada! Ninguna dificultad en absoluto para contratar a alguien y despedirlo al día siguiente… y luego contratar a otro y despedirlo a la semana, y ahora volver a llamar a aquel que parece que lo hizo bien y despedirlo cuando se acabe el proyecto y cuando haya contratado a… vamos, que si quieren ganar dinero no tendrán más remedio que contratar a gente que les haga el trabajo, la despidan al cabo de dos días o la mantengan 5 años en plantilla; y a eso me refiero, que si los empresarios quieren ganar dinero, tendrán que contratar a la fuerza a gente que trabaje, y ahí es donde entramos nosotros, en el trabajo.

Amigos, tranquilos, que ahora están viviendo de rentas y de miedo, pero pronto se les pasará el miedo y volverán a hacer lo que mejor saben hacer, negocio.

Y nosotros igual. Ahora vivimos llenos de miedo, pero pronto vendrá una época en la que hacer bien tu trabajo sea sinónimo de quedarse mucho tiempo en una empresa. Ser profesional.

domingo, 25 de marzo de 2012

Sueños

Hace unos días vi en televisión un documental de lo más estremecedor. Su tema: lo poco que se sabe del insomnio. Hablaron de algo impactante para mí, de una enfermedad llamada insomnio letal familiar. Es un tipo de insomnio que con el tiempo se convierte en crónico y llega el día en el que la persona que lo padece nunca más vuelve a dormir, hasta que entra en coma y muere. Me quedé muy impresionada, mucho. Se sabe que es hereditaria y que por fortuna, no hay muchos casos. Se conoce desde 1986, pero pudiera existir de antes…

Es fascinante el mundo del sueño.

A los pocos días de ver el documental, hice un examen de inglés en el que había una parte de listening, otra de writing, otra de speaking y otra de reading, bien, pues el texto que tuve que read para el reading versaba sobre el sueño y sus diferentes fases. Muy interesante también, es curioso cómo nuestro cuerpo pasa de la fase de vigilia al REM más absoluto en apenas unas horas y sin que ‘nos demos cuenta’.

Lo del examen de inglés apuesto a que fue absoluta casualidad, pero lo del documental no, hace poco, diría que el día 16 de marzo, fue el día mundial del sueño.

Los sueños no son lo mismo que el sueño y tampoco lo mismo que los sueños que tenemos despiertos. De los primeros suelo tener a menudo, bastante interpretables con el lenguaje de mi realidad. Del segundo, ojalá no me falte nunca, necesario para vivir. De los terceros, de los que nos planteamos despiertos, me los procuro yo. Cumplirlos es una de las acciones más interesantes que se me ocurren. Espero que ninguno de los tres tipos os falten nunca, síntoma de salud.

martes, 20 de marzo de 2012

He vuelto...

...para quedarme.
Disculpadme una vez más el retraso, vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero porque no muero. Oh, qué bonitos versos de Santa Teresa, que poco tienen de realidad respecto a mi vida. La primera parte tal vez sí, pero no muero porque no muero, sin duda. Soy muy feliz.
Lo que echo de menos es explicaros miles de cosas que me ocurren a diario. No encuentro el momento, pero las tengo en mente. Y no se me olvidan, así que tranquilos, ya vuelvo.

sábado, 25 de febrero de 2012

La crisis


Las personas, ¿somos dueñas de nuestras vidas? Normalmente me gusta pensar que sí, que la mayoría de las veces elegimos lo que hacemos y dónde lo hacemos, aunque sea bajo el prisma de ‘las circunstancias’.
¿Qué te impide a ti, que estás leyendo estas líneas, dejar de leer ahora mismo y marcharte al primer aeropuerto que encuentres y largarte con tu mujer y tus hijos a, pongamos por caso, Costa Rica? Seguramente, lo que acabo de decir, o tú o tus circunstancias, nada más.
No quiero decir que tengamos en nuestra mano el maravilloso poder de hacer lo que queramos y en el momento que queramos (algunas personas sí creen tenerlo y así pasa lo que pasa), pero me gustaría mucho que todos fuéramos conscientes de que a veces tenemos algo de poder en nuestras manos.
Uno tiene que luchar por lo que quiere, sin duda, y sobre todo, tiene que luchar para no tener lo que no quiere, es decir para mejorar, para prosperar en la vida.
Qué habitual es echarle la culpa de todo a la crisis, al gobierno, al jefe, a la pareja… pues qué queréis que os diga, la crisis está ahí, sí, pero yo me pregunto ¿nos tiene ella a nosotros o nosotros a ella?
Yo lo tengo claro, nosotros a ella.
Suscribo las palabras del Dr. Luis Rojas Marcos, que en una de las “conversaciones” que patrocina un banco, en este caso junto a la cantante Estrella Morente, dice: "cuando me preguntan sobre el futuro, me gusta mirar hacia atrás. Y no tengo más remedio que pensar que el futuro va a ser mejor que el presente".

sábado, 28 de enero de 2012

Jobs

Empiezo el final de mi trilogía sobre el trabajo ‘job’ agradeciendo el juego de palabras a una de las aparentemente más influyentes (me niego a llamarle genio) personas de las últimas décadas, Steve Jobs.
Gracias a quedarme sin trabajo hace poco más de un mes, pude entrar en uno nuevo al cabo de apenas una semana, y fue gracias al nuevo trabajo y lo lejos que lo tengo de casa (una horita, no está mal) que he retomado mi gusto por la lectura.
Una de las primeras ventajas que le encontré al e-book que me regalaron fue la de no tener que cargar con súper pesados libros que en la estantería quedan de maravilla, pero tanto en tu bolso como en tu espalda causan deformaciones. Bien, pues el primer libro que decidí leerme fue la voluminosa biografía de Steve Jobs. Poco me ha durado porque ciertamente es muy amena y como mejor o peor todos conocemos un mac, un ipod, un iphone y una manazana, pues se lee muy bien.
Yo no tengo ni mac, ni ipod, ni iphone, pero sí tengo unas manzanas en el frutero que me encantan.
Comer fruta es imprescindible. No le gusta a todo el mundo, lo sé, pero hay que esforzarse si ese es el caso e introducirlas en la dieta diaria. Eso y las verduras, te salvan media vida, la otra media es el resto de la alimentación variada y la guinda la pone una buena sonrisa.
Chicos, hacedme caso, optimismo es el mejor remedio para todo, pero en especial para los momentos difíciles.

domingo, 8 de enero de 2012

More job

Hace unos días os informaba de la desagradable noticia de que era una desempleada más en el mundo laboral. Pues bien, hoy os informo, con algo de retraso por cierto, de que ya no soy jobless :-D

Por una vez en la vida me he sentido como en esa sentencia que reza que hay que hallarse en el lugar exacto en el momento exacto para que la vida te sonría. Pues así fue.

Apenas a los dos días de salir de una empresa, me llamaron de otra y aunque las condiciones no son como las que tenía, no dudé en decir que sí.

Respecto a mi vida personal, con el cambio he ganado algunas cosas y he perdido otras, pero el hecho de volver a estar en activo tan solo unos días después de ser despedida, con la que está cayendo a nuestro alrededor, me llena de una satisfacción inconmensurable.

Así que lo único que me pena es que ya me había hecho yo a la idea de explicaros montones de historias interesantes en este espacio en blanco llamado blog, pero va a resultar algo más difícil. No dejaré de estar con vosotros, eso nunca, pero algo más ocupada, con cuentagotas. Lo bueno si breve…

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