lunes, 24 de junio de 2013

Superman

El viernes pasado fui a ver Superman, también llamado el hombre de acero, al cine. Me gusta ir al cine, pantalla grande, buen sonido, butacas cómodas, pero a veces te encuentras sorpresas algo desagradables. En este caso fue una niña.

La niña no tenía nada de desagradable, más bien al contrario, adorable, pero pobrecita mía, no debía de llegar ni a los 4 años y allí estaba, viendo una película que a mí me pareció de brutalidad excesiva.

Iba acompañada de un padre que no debía de tener mucha idea de cómo ejercer, porque allí sentó a la criatura a su lado, subida en un alzador y presenciando tiro tras tiro, pelea tras pelea, muerte tras muerte y sí, al maravilloso Superman.

La película no se recomienda para menores de 12 años, y mucho me parece. Así que doble ‘penalización’, al padre y al cine, porque es evidente que vieron entrar a la niña y lo permitieron.

¿Está muerto? preguntó la niña en voz alta en un momento en el que le pegaron un puñetazo a Superman. No, dijo el padre lo más bajito y probablemente avergonzado que pudo, y los demás sonreímos, porque sabemos de sobras que Superman no puede morir.

Si este chico pretendía ser un súper hombre, tendrá que esforzarse más, porque esa no es la manera. Y me consta que a otros les sale cada día de manera natural.

domingo, 16 de junio de 2013

Qué sabes de mí

Está saliendo estos días a la luz la noticia de lo mucho que sabe de nosotros el gobierno americano, Google, Facebook, etc. gracias a la lectura que pueden hacer de nuestros correos electrónicos o de lo que colgamos en las redes sociales.

Sin duda, esto genera un gran debate del que dudo mucho que pueda dar abasto en un post de un humilde blog, pero algo voy a comentar.

A mí, personalmente, no me importa mucho quién pueda leer mis e-mails, no suelo escribir nada que no pueda decir a la cara del interesado, aunque por aquello del decoro, de no ofender sin pretender, o de no perder el tiempo (el tiempo de escribir y luego decir lo que acabo de escribir), pues no lo suelo decir. El caso es que siempre pienso lo mismo, si alguien se molesta en leer mis e-mails o en ver los comentarios que pongo en las redes sociales, es que tiene bastante poco trabajo o una vida harto aburrida.

A mí me interesa de ti lo que me cuentes mientras tomamos un café, mientras cenamos o mientras merendamos un cruasán con chocolate. No quiero leer los e-mails que no me escribes a mí, pero sí veré y probablemente disfrutaré las fotos que publiques en la red, no quiero espiar tus mensajes, pero sí leeré los post de tus blogs. No quiero ir más allá, solo quiero leer lo que quieras compartir conmigo, entre otros motivos, porque no tengo tiempo para más.

Y quien quiera saber de mí, pues oye, que sepa. Sí, le mando un mensaje a mi pareja cuando me acuerdo de que pronto se va a acabar el papel higiénico, si él está en la tienda, qué información tan interesante, eh… anda, sigue espiándome. Como dice Alejandro Sanz en su canción La música no se toca ‘lo que va en el viento es lo más seguro, no lo dudéis’.

Yo prefiero aprovechar todo lo bueno que tiene la red y comentaros que acabo de descubrir esta canción de Macklemore & Ryan Lewis, a la que no le daba ni un duro antes de empezar y he acabado viendo el vídeo entero un par de veces, como muchas canciones de raperos, el estribillo, genial, like the ceiling can’t hold us :-)

domingo, 9 de junio de 2013

A la cuarta pregunta

“Esta chica está a la cuarta pregunta”, me dijo mi suegra, y no la entendí. Estábamos hablando de una conocida y no supe relacionar la cuarta pregunta y a la conocida. En seguida me sacó de la duda, está muy mal, quiso decir. Bonita expresión para eludir la palabra mal, y aunque no sé exactamente de dónde viene, me quedo con ella, me parece genial.

En la oficina donde trabajo hay mucha electricidad estática, raro es el día en el que no te llevas dos o tres chispazos al abrir una puerta. La semana pasada me encontré a mi jefe en el office y al abrir la puerta me llevé el consabido chispazo, él exclamó algo del tipo ‘vaya’ (lo que decimos todos cuando vemos que le pasa a un compañero, si te pasa a ti el taco está asegurado), pero haciendo gala del buen carácter que me gasto por las mañanas, me dije ‘vamos a sacarle el lado positivo’ y le dije que lo bueno de los chispazos es que ayudaban al café a espabilarnos por la mañana… a él le saqué media sonrisa y me dijo, ‘positive thinking’. Sí, positive lo soy bastante, porque sinceramente, se vive mucho mejor.

No es fácil ser positivo, que no significa iluso, crédulo o tonto; ser positivo consiste en intentar ver el lado bueno de las cosas; a veces no se ve en el mismo momento en el que lo quieres ver (raro sería estar sufriendo una tragedia personal y pensar ‘qué bien’). Pensar en positivo es un modo de vida, una actitud frente a lo que te rodea, pero sobre todo, frente a ti mismo. 


Si no lo eres, última oportunidad, cerciórate, pregúntate qué tiene de positivo no ser positivo. Si te respondes, ya tienes la respuesta. A seguir :-)

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