domingo, 16 de septiembre de 2012

Estrellada

Ya sabéis que a mí no me gusta hablar nunca de política (por aquello de su impermeabilidad), pero es que a veces me llaman mucho la atención las contradicciones de la gente. Que las personas somos contradictorias debe ser tema de la naturaleza, pero ver que alguien que gritaba como loco los goles de la selección española durante la Eurocopa de 2012 después se pone una ‘estelada’ para reivindicar la independencia de Cataluña… pues me cuesta, qué queréis que os diga.

Para mí la coherencia es una de las grandes cualidades de las personas y algo tan sencillo como vitorear los goles de España en julio y dos meses después clamar por la independencia de Cataluña, pues no lo entiendo, por mucho que te guste el fútbol, o una cosa o la otra.

Y si le damos varias vueltas a la cabeza, creo que este hecho podríamos llegar a entenderlo, pero anoche escuché algo con tintes similares que me dejó helada: “yo nunca he sido independentista, nunca, mis padres son aragoneses, pero dada la situación económica actual [en Catalunya], pues me he vuelto independentista”.

A ver… ¿dada la actual situación económica te has vuelto independentista? Me alegro muchísimo de no se la esposa de este señor, porque el día que ganase tres veces más que yo, ya sé cuál iba a ser el camino (el del juzgado).

Vamos, a ver, ¿no se podría pedir la independencia por motivos algo más coherentes?, ¿algo más razonables? A ver, Sr. Puig, dígame por qué. Dispensi, Sr. Puig, per què?

Por lo demás, vamos a ver otra vez, hay quien de pronto te saca a la luz un año concreto de hace tres siglos para reivindicar sus derechos de hoy. ¿Cómo? Yo me niego a echar la vista tan atrás para reivindicar mis derechos de hoy, entre otras cosas, porque tres siglos atrás ni yo, ni mis padres, ni mis abuelos, ni mis bisabuelos ni mis tatarabuelos estaban en Catalunya.

En fin, sin ánimo de desanimar a nadie, má bien todo lo contrario, allá cada uno con su coherencia, me pregunto yo si todos tenemos derecho a echar mano del argumento que nos convenga para pedir lo que nos interese.

Pues sinceramente creo que sí, ¿acaso no hay feos que con un buen corte de pelo y la camisa recién planchada pueden ser el más guapo de la fiesta? Pues eso.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Con su mismo

La semana pasada salía de cenar de una trattoria situada en la plaza Ibiza de Barcelona cuando me sorprendió ver que si en la plaza había unas 50-75 mesas de terraza, el 100% estaban ocupadas y todas por un grupo de personas. Me alegró ver que buenas costumbres como la de tomarse una cañita al final del día con los amigos no se pierden, porque lo que necesita ahora nuestra economía es eso, que quien pueda, consuma, pero me sorprendió que un simple martes, a las 10 de la noche, el nivel de consumientes fuese tan alto.

 
Ayer nos decidimos en casa a hacer una visita al siempre entretenido Ikea. Me maravilla ver lo bien preparado que está para incitar al consumo. Todo es fácil en Ikea excepto salir corriendo de las secciones, porque siempre hay algún objeto imán, que te atrapa. Al dejar el coche en el parking ya vimos que el sitio libre no era la opción más abundante y una vez dentro, confirmamos que si no es nada fácil salir corriendo, no solo porque haya un gran número de objetos imán, sino porque también hay una gran proporción de personas alrededor de ellos.

 
Con estos dos ejemplos no quiero decir que no haya crisis, bien al contrario, con esto quiero decir que las personas de a pie ya estamos haciendo lo que podemos para activar el consumo, que es lo que nos dicen que hace falta, pero también quiero empezar a ver los esfuerzos que hacen los de un poco más arriba.

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