sábado, 29 de agosto de 2009

Manías

Tengo una manía.
Reconozco que he tardado bastantes años en aceptarla, pero por fin lo he hecho. Bien, más que una manía, lo mío debe de ser una costumbre, porque cuando haces lo mismo día tras día, aproximadamente a la misma hora y de la misma manera, debe de ser una costumbre.
La mía (manía o costumbre, esa es la ventaja de la coincidencia de géneros) se llama dejar enfriar la leche lentamente, o lo que es lo mismo, calentarla excesivamente y esperar para tomarla a la temperatura perfecta.
Para mí el desayuno es una de las comidas más importantes del día. Me preparo unas tostadas con lo que sea (desde una loncha de jamón, a una capa de paté o a un masaje de ajo con un chorrito de aceite) o un bocadillo no muy grande (también de lo que sea) y a la vez, caliento un tazón de leche que preparo con una cucharada y media de Nescafé y una y media de azúcar. Siempre. Lo preparo todo a la vez, pero me como primero el pan (en el formato que sea) y su acompañamiento y luego me tomo la leche, con lo cual, si no calentara mucho la leche, me la bebería fría, y como la quiero más o menos templada, he de calcular muy bien.
Llevo haciendo esto muchos años, pero no había sido tan consciente hasta que un día me encontré por la calle con un ex algo y entre otras muchas preguntas de pronto me espetó “¿y sigues dejando enfriar la leche lentamente?”. La respuesta fue “sí, pero ¿cómo sabes tú eso?”. La pregunta me gustaba, pero no podía dejar de sorprenderme porque ese chico y yo jamás habíamos compartido ese momento… “tú me lo contaste un día y me pareció tan curioso que lo recuerdo”.
Yo no sé qué tiene de curioso tomar el Nescafé así de pacientemente, pero yo lo hago, y me gusta. Y si puedo, llevo la costumbre allá donde voy.
El año pasado estuve una semana en Londres y lo primero que hice al llegar fue comprar leche, azúcar y Nescafé. Y repetir el ritual de la leche cada día, reconozco que me hacía muy feliz. Como decía Serrat, son aquellas pequeñas cosas…

La próxima vez que os escriba estaré de nuevo en Londres y como ya me voy haciendo amiga de mis costumbres, me llevo el Nescafé de aquí (“aquí” es Barcelona), que es exactamente igual que el de allí, pero con la etiqueta en español y más baratito.

martes, 25 de agosto de 2009

Anécdotas rápidas

Fin de semana pasado… (homenaje al flashblack)

20:37 de la tarde de mi primer domingo de vacaciones. 23 de agosto de 2009, voy en tren, camino de Barcelona procedente de Zaragoza, vengo de ver a mi hermana, que maravillosamente, ¡ESTÁ EMBARAZADA!
Pero de este genial fenómeno hablaré en otro momento, porque lo que hoy quiero contar es que voy en un vagón de Preferente. El único motivo por el que elegí Preferente en lugar de Turista es porque encontré una oferta especial. Así que me ha salido baratito, pues eso.
Pero en este vagón ocurre ahora miso algo curioso. Muy cerca de mí hay sentadas 3 personas, un papi, una mami y un niño.
Esto no tendría nada de anecdótico de no ser porque ya he viajado con ellos alguna que otra vez. No recuerdo si en vagón de Turista o Preferente, pero sí recuerdo que el papi no me quitó los ojos de encima en todo el viaje.
Y hoy ha vuelto a hacer lo mismo. Increíble, porque tiene a su mujer a escasos 40 centímetros y cada vez que ella se gira para decirle algo (es que ella va sentada al lado del niño), le descubre mirándome. Ya debe de estar acostumbrada, porque no muestra el más mínimo indicio de malestar.
Me parece recordar que la primera vez que viajamos juntos me molestó que fuera tan descarado.
Hoy no me importa. Acabo de terminar una relación que me ha dejado tocada (que no hundida) y este ápice de deseo masculino parece que me sienta bien…
Lo diferente de aquella vez es que viajamos en AVE y eso significa que el viaje acaba muy rápido.

lunes, 24 de agosto de 2009

Vacaciones

Hoy he empezado mis vacaciones. A muchos les parecerá que las empecé cuando salí de trabajar el viernes (dos horas más tarde de mi hora porque tenía demasiados temas que dejar arreglados), pero yo siento que mi primer día de vacaciones es el primer día laborable que no voy a trabajar gracias a mis vacaciones (porque motivos por los que no ir a trabajar una persona joven un día laborable, desgraciadamente, hay muchos...).
Pero aunque sienta que las he empezado hoy, este fin de semana he estado de viaje, visitando a mi hermana (la mujer sin miedo) que se encuentra en estado de buenísima esperanza. Está guapísima, qué envidia, lo reconozco, pero por la parte que me toca, también estoy muy feliz, voy a ser una tía genial (ya lo intento ser, para qué nos vamos a engañar, pero sin sobrino :-)
El tema es que he ido y he vuelto en tren AVE, y en el de vuelta me pasó algo bastante curioso, pero como es una anécdota cuando menos, inhabitual, os la contaré en próximas ocasiones.
Porque me voy de vacaciones, pero no desaparezco, prometo tener mi blog al día con algunas de las aventuras en las que me vea inmersa... hasta entonces, ¡sed buenos!

viernes, 14 de agosto de 2009

Sin miedo

Hoy me han sorprendido preparándome unos pimientos de padrón como acompañamiento del ingrediente principal de mi comida, un muslo de pollo a la plancha. Maridaje perfecto, no lo negaré. Me ha encantado la sorpresa. Pero lo que más me ha gustado es comprobar que no he olvidado cómo se comen: sin miedo.
Es famoso el dicho de que los pimientos de padrón "unos pican y otros no". Por lo que el comensal ha de andar con cuidado a la hora de escogerlos si no quiere salir con dos litros de agua en el estómago y 4 pimientitos flotando tan infelices…
Claro, se ha de andar con cuidado, pero con la lógica en la mano, nada te indica si el que has elegido pica o no, así que no queda otra más que atreverse y ser valiente. Eso sí, se puede seguir una cierta estrategia: hoy he estado a punto de beber justo después de un bocado de pollo, pero la porción de lógica que le quedaba a mi cabeza a las 4 de la tarde (no me gusta comer tarde, pero hoy ha sido inevitable…) ha dicho en una fracción de segundo que era mejor esperar un instante después del pollo y atreverme con uno de los pícaros pimientos. Así lo he hecho, y cuál ha sido mi sorpresa cuando he podido comprobar que no picaba. Es obvio que iba a beber de todos modos, pero si los pimientos no pican, se bebe más tranquilo, y a dos pasos de mis vacaciones, lo que necesita mi cuerpo lleno de estrés laboral y emocional acumulado es precisamente eso, tranquilidad. Y he bebido feliz.
La comida se ha saldado con un total de 2 pimientos picantes contra 8 benditos pimientos que no picaban, no está mal la proporción.
Me ha encantado la sorpresa de los pimientos de padrón, que unos pican y otros no ;-)

(Entrada dedicada a mi hermana, que sabe vivir sin miedo, pero sin embargo odia los pimientos...).

lunes, 10 de agosto de 2009

lunes

Hay lunes en los que todo se tuerce... según para quién. Hoy ha sido lunes para todo el mundo, de eso no cabe ninguna duda. Pero hoy ha sido un lunes curioso en la empresa en la que trabajo. Por un incencio en un remoto lugar del mundo se ha quemado un pedazo de fibra óptica... y qué casualidad, el nuestro. Y nos hemos quedado sin red para conectarnos a Internet o a Intranet o a ningún lugar, por remoto que fuera.
Media empresa se ha quedado sin posibilidad de trabajar en sus cotidianos quehaceres, pero otra parte de la otra mitad, no; teníamos quehaceres diversos suficientes como para emplear nuestro tiempo en trabajar en algo productivo, por poco cotidiano que fuera.
Y por último ha quedado un pequeño reducto de personas que no han tenido quehaceres que hacer, pero han sabido aprovechar el tiempo provechosamente y por ello les admiro. Va para ellos mi "gracias" como compañera, o como lo que sea menester, para polivalente una... porque ellos han dado el ejemplo hoy.

sábado, 8 de agosto de 2009

Desconexión

Ayer murió mi móvil. Ya hacía una temporada que no se encontraba muy fino y ayer llegó su hora. Demasiado temprano, para mi gusto, pero todos tenemos un final y mi móvil también.
Podría empezar a desquiciarme en cualquier momento, porque parece que en la actualidad, si no estamos perfectamente conectados por todas las vías posibles, no somos nadie... pero me niego a pensar que estamos condenados a eso de por vida.
He decidido esperar unos días a tener uno nuevo (entre otras cosas porque un sábado de agosto a medio día tampoco es el mejor día...), y aprovecharé para vivir como hace 15 años, llamando a teléfonos fijos para quedar, ser puntual para no tener que mandar sms de "llego tarde" y quitándome esa manía tan habitual y ridícula de mirar el teléfono cada 5 minutos para ver si tengo mensajes...
Si he de enterarme de algo, me enteraré :-)

domingo, 2 de agosto de 2009

Hoy puede ser un gran día...

...plantéatelo así. Eso dice una positiva canción. Y por negra que se ponga la situación, quiero pensar que siempre hay posibilidad de que el día mejore. Gracias a todos por estar ahí.

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