sábado, 30 de abril de 2011

Miserables

Explicaba Alvy Singer a Annie Hall hace ya algún tiempo que la vida está divida entre lo horrible y lo miserable. Lo horrible es todo aquel que padece alguna enfermedad incurable y lo miserable, todos los demás. Tal vez exageraba un poco Alvy al aplicar los adjetivos, pero no andaba muy desencaminado al pensar que en la vida hay pocos tipos de personas.
Uno de los que me llama más poderosamente la atención es el formado por las personas con una mirada triste.
Una vez se me ocurrió decirle, será por la sinceridad que me caracteriza, a un ex algo, que tenía una mirada triste y que con los ojos azules tan bonitos que tenía era una pena y, oye, le marcó. Cuando años después nos volvimos a reencontrar por casualidad, fue una de las primeras cosas que me explicó, que nunca había podido dejar de pensar en lo que yo le había dicho, que tenía una mirada triste… apuesto a que la sigue teniendo.
Es curioso, pero hay personas así. Yo las veo sobre todo en el metro, fijaos si alguna vez tenéis ocasión de viajar en un transporte público. La gente relaja su cara, creen que nadie les ve, y entonces ofrecen su mirada tal como es, triste.
No quiero que lo confundáis con las personas que por motivos diversos están tristes. No me refiero a semblantes tristes, me refiero a miradas tristes, a caídas de ojos que irremediablemente están dirigidas hacia abajo. Un pena, la tristeza no debería instalarse en la cara de nadie de manera tan perenne, porque esas personas, aunque estén de lo más feliz, seguirán teniendo una caída de ojos preciosa, pero triste. Y lo peor de todo es que muchas de ellas, a día de hoy lo ignoran.
Por cierto, hoy he ido al cine a ver Inside job y, chicos, eso sí es una pandilla de miserables y no lo que decía Alvy Singer...

viernes, 22 de abril de 2011

Pasión (II)

Empieza a parecerme sospechoso que todas y cada una de las Semanas Santas de los últimos tiempos, haya llovido. Como bien sabéis porque sois chicos sabios, la Semana Santa cae en una fecha o en otra porque las lunas que son muy caprichosas salen a rebosar un día y no otro antes o después de tal día de aquel mes… pues bien, eso hace que año tras año, la Semana Santa pueda caer a mediados de marzo, a finales de marzo, a comienzos de abril o, como ha ocurrido este año 2011, a finales de abril. Como muchas otras cosas en la vida, dependen de la luna.
A mí me llama la atención la Semana Santa en España porque es puro espectáculo, que para quien se lo crea, está francamente bien y para quien no, también, porque como os he dicho, es un magno espectáculo todo lo que se genera en torno al evento.
Yo de dicha tradición solo sigo eso de no comer carne algunos días, porque lo hacía con mucho fervor mi abuela y como a mí el pescado me encanta, pues digamos que no me cuesta mucho trabajo.
Lo que me resulta francamente fascinante es ver que año tras año desde hace unos pocos, siempre llueve. Caiga en la fecha que caiga, decenas de procesiones se quedan sin salir porque llueve a mares en sus ciudades. Vamos, digo yo que algún año les podía hacer bueno para salir con todo su esplendor… pues no, destinados están a hacer penitencia de la buena porque después de tanto esfuerzo, ensayos, entrenamientos y dinero invertido, no pueden salir y tienen que guardarse su pasión para el próximo año.
Yo me lo apunto y lo voy a seguir observando en años venideros, pero sepa el señor del tiempo, que aquí ya nos hemos dado cuenta de que no le gusta mucho la Semana Santa, ya le hemos calado.
A mí la lluvia sí me gusta, sí, aunque chafar planes a cielo descubierto, los chafa como ninguna, pero será por el motivo que sea, que ya os explicaré en otro momento, a mí me gusta. Feliz Semana Santa tengáis.

domingo, 10 de abril de 2011

Pasión

Sabía yo que eso de estudiar y trabajar al mismo tiempo era duro. Nunca lo hice en mis tiempos de estudiante, pero una vez pasas al mundo del currante, no te queda otra. Y cuando me decidí a hacer este máster, en Gestión Integrada de Proyectos por cierto, me imaginé que iba a ser duro, pero no tanto. No dormir más de 6 horas seguidas ni una noche en muchos meses no se me ha hecho fácil y trabajos y más trabajos y en grupo e individuales y aquí y allá y proyectos y gestión. Tremendo.

¿Ha valido la pena? Me preguntaban hace unos días. Sin duda sí, te dejas mucho dinero y esfuerzo, pero vale vale, y mucho más teniendo en cuenta los cambios que se me avecinan en el terreno laboral. Acerté.

Y ya ha acabado. Sin resultados, todavía. Las evaluaciones, salvo en el examen del carnet de conducir no se suelen saber con mucha celeridad, por lo que como paciente que soy, esperaré tranquilamente 2 o 3 meses a saber en qué queda la cosa, confío en que quede bien.

Ahora lo que toca es unos días de amplias celebraciones (tengo mucho que celebrar ahora, chicos…) y en seguida volver al trabajo con la mayor de las energías y, por supuesto, de las pasiones.

Os dejo con una de las buenas canciones de Scorpions, que no habla de las mismas pasiones que hablaba yo (¿o sí? :-D ) pero que viene a decir lo mismo. En esta vida, o te mueves por pasión, o no avanzas.

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