domingo, 9 de octubre de 2016

Puto metro de los cojones

Eso es lo que salió en un escaso segundo de la boca del chico que estaba a mi lado, el día que a eso de las 8 de la mañana, cayó un diluvio sobre Barcelona, la semana pasada.
El metro iba muy lleno cuando llegó a mi parada, algo raro porque, aunque no está entre las tres primeras, no suele ir mucha gente y suelo encontrar sitio para sentarme. Bien, pues ese día no. Y aunque me coloqué en un lugar que yo encuentro estratégico, en seguida empezó a entrar gente y más gente en cada parada hasta que no quedaban ni 5 centímetros vacíos entre ninguna de las personas que allí estábamos.
Bien, pues a mi izquierda iba un chico un poco más alto que yo, vestido sport y con la típica barba de… no me he afeitado en 3 semanas, pero cualquier día me afeito. De pronto sonó su teléfono y tras varios malabarismos, descolgó:
-          Hola
-         
-          En el puto metro de los cojones
-         
Claro, no había privacidad posible, todos nos teníamos que enterar a la fuerza de la conversación. Era la típica persona que normalmente viaja en moto y el día que llueve coge el metro. Son los peores. Las situaciones límite en el metro ya son desagradables para cualquiera de las personas que lo cogemos cada día, pero estamos más o menos habituados, para los que lo cogen excepcionalmente, es lo peor.
Me pareció que su respuesta era la muestra de que ‘puto’ y ‘cojones’ debe de salir de la boca de ese chico más a menudo de lo que nos podríamos imaginar… pues con su pan se los coma. Yo no pude evitar lanzar una carcajada al oír tan soez expresión, ya sabéis cómo soy, pero llegó su parada y se bajó, y yo le auguré el peor de los días, mal comienzo. Y qué culpa tenemos nadie para aguantar el mal carácter de los demás…  

domingo, 2 de octubre de 2016

Física

He oído a muchas personas decir que les gustan las tormentas, sí, a mí también me gustan. Que me fascinan diría yo. Y si van acompañadas de aparato eléctrico, aún fascinan más. No me gustan tanto como para 'perseguirlas', pero sí como para emocionarme cuando las veo y oigo desde casa.

Es la fuerza de la naturaleza, la fuerza de la Tierra. La misma que provoca terremotos, sunamis, un calor asfixiante... bueno, esto último puede que sea más efecto directo del Sol...
 
A mí se me escapan todos esos conceptos, lo reconozco, soy muy escéptica. Nací con algún don, pero el de dominar la ciencia física os confirmo que no. Y confieso que admiro secretamente a las personas que sí la comprenden.
 
Esta semana asistí a una mini conferencia muy amateur sobre física cuántica. La media de edad de los asistentes no debía de bajar de los 70 años, pero creo que no hace falta ni mucha ni poca edad para intentar entenderla, es muy complicada. Descubrir que un gato puede estar vivo y muerto a la vez es apasionante, es otro mundo.
 
Y aunque soy la persona más terrenal que os podáis imaginar, pues siempre he sido más de química que de física; creo que, si algún día me decido a investigar un poco más en ese terreno, un mundo apasionante me puede esperar, otro mundo. ¿Algún entendido en física cuántica entre mis lectores? :-)

domingo, 25 de septiembre de 2016

La Paz

Este verano, durante las vacaciones, estuvimos visitando muchos pueblos, monumentos y zonas hermosas de España. También tuvimos oportunidad de visitar el pueblo de Belchite. El nuevo y el viejo, pero me centraré en este último, el pueblo viejo.
 
Para quien no lo sepa, Belchite es un pueblo situado a unos 50 km de Zaragoza. Se ha hecho tristemente famoso por conservar sin reconstruir, los restos del pueblo, que fue destrozado durante la Guerra Civil.
 
La Guerra Civil española (1936-1939) destrozó muchos pueblos y ciudades en toda España, pero prácticamente todos, como es natural, se han reconstruido. Dudo que, en todo este tiempo, el paso del tiempo haya borrado ni una sola huella emocional de aquella época, pero las huellas físicas sí.
 
Por ello me parece tan importante la labor que desde Belchite están haciendo para dar algo de memoria a la gente.
 
A priori, supongo que todos llegamos allí pensando que el pueblo lo destrozaron unos, pero a lo largo de todo el recorrido, impecablemente explicado por el guía, el pueblo se lo cargaron unos primero, otros después y el tiempo al final.
 
Según la sensibilidad de cada uno, de allí puedes salir con unas ideas u otras, más emocionado o menos, pero creo que nadie sale de aquel lugar sin pensar que de ninguna manera se está mejor que en paz.
 
Por último, solo quisiera dar las gracias a la organización por tener el detalle de proporcionarnos a todos unos paraguas para resguardarnos del sol; a las 4 de la tarde de un 4 de septiembre en Zaragoza, el calor era simple y llanamente insoportable, el coche, a la sombra, marcaba 40º, imaginaos todos al sol... imaginaos lo mismo, pero con las bombas a tu alrededor...

martes, 10 de mayo de 2016

Lectura

La otra mañana iba yo tan atenta a trabajar en el metro cuando en una parada entraron una madre y un niño de aproximadamente 8 o 9 años. Nada hubiera tenido de especial de no ser que de pronto me percaté de que la madre le estaba leyendo un libro en voz alta al niño. Casi al oído. Me pareció algo bellísimo. Estuvieron así hasta que se bajaron.

Por los dibujos del libro me pareció que debía de ser de aventuras.
Hacía pocos días, otra madre y otro hijo iban sentados a mi lado y el niño leía (esta vez él solo) un grueso volumen de Harry Potter.

No puedo negaros que me encanta la idea de ver a unos niños que pasan sus trayectos la mar de entretenidos. ¡Y de buena mañana! Mientras los adultos aún estamos quitándonos las legañas de los ojos, ellos ya quieren adentrarse en un mundo maravilloso de aventuras. No veo mejor manera de empezar un día. La realidad del cole o el trabajo, ya llegarán después.

Yo me suelo entretener también leyendo, escribiendo posts o revisando las noticias del día. Siempre he pensado que el tiempo es muy valioso y, definitivamente, hagas lo que hagas, no se debe perder.

lunes, 25 de abril de 2016

No te he visto

Cuando viajas en metro o tren, no es difícil leer los titulares grandes de los móviles de los demás. La gente acostumbra a tenerlos a una altura perfecta para leer los titulares del diario que ojean o los nombres de sus grupos de Whatsap.

Ayer me hizo mucha gracia una señora que le estaba escribiendo un mensaje a una Tata 2. El contenido del mensaje no alcanzaba a leerlo (ni lo hubiese leído de poder hacerlo), pero me quedé con la duda de saber si esa señora tenía dos 'tatas' o solo una tata y la tata tenía dos móviles... ahhh, curiosa existencia.

Pero lo que me gustaría destacar en el post de hoy es que hay muchas personas maleducadas.
 
¿Cómo se puede vivir siendo un maleducado? Me estoy refiriendo a los detalles mínimos de educación, como por ejemplo, que entre una mujer embarazada en el metro, con una barriga enorme y nadie se levante para cederle el asiento. Veo comportamientos así casi cada día en el metro.

'Ay, no te he visto, disculpa', es lo máximo que aciertan a decir cuando alguien les hace levantar.

Esas personas, ¿ven algo?, ¿piensan que están solas en el mundo? O lo que es peor, ¿acaso piensan que nadie más que ellos tiene derecho a ocupar ese asiento...
 
Desde hace tiempo me pregunto si no sería interesante que algunos adultos tuvieran que volver a la escuela de la educación, para intentar que todos los que vivimos en sociedad, lo hiciéramos más felices.
 
La semana pasada escuché por radio la promoción de un curso para padres, donde se les enseñaría a educar a sus hijos. Fue cuando vi clarísimo que en ese curso no se debía dejar de lado a muchos adultos. Me parece igual de necesario.

miércoles, 13 de abril de 2016

Llévame hasta el mar

En los últimos días se han ido muchas personas conocidas que me gustaría recordar en este humilde post. Por un lado, Manolo Tena, un cantante que se sobrepasó en todo, incluidas las letras de sus canciones. No podría decir que era uno de mis cantantes preferidos, porque no lo era, pero tenía muchas canciones con un tono, con un fondo y con un alma, que sorprende, o tal vez no, que pudieran salir de alguien tan atormentado.
 
Si os interesa saber más sobre su vida, os recomiendo este programa, emitido hace poco en la 2.

Pero también me gustaría hablar de Johan Cruyff, un futbolista y después entrenador que parece ser revolucionó el fútbol. Los entendidos lo confirman, y los profanos también, porque el fútbol, afortunadamente es muy universal. Como la música, por ello todos nos sentimos con el derecho de comentar. Yo no soy una entendida ni en una materia, ni en la otra, si acaso lo soy en algo, pero sí sé de disfrutar de los buenos momentos, de apreciar lo pequeño como si fuera lo más grande, porque de eso se trata en la vida. A ellos ya no les tenemos, pero tendremos su arte. Para quien le guste el fútbol, aquí va un repertorio de algunos de sus goles. Atención al número 9 porque a los culés les sonará de algo...

Claro está, hoy también os voy a dejar con una canción, en este caso de Manolo Tena, a quien los años y los excesos le pasaron factura (poca) en la voz, pero evidentemente, en sus letras no.
 
Los impacientes, podéis ir directamente al minuto 1:15, los demás, sin prisa, son los 6 últimos minutos del programa A mi manera, el que le dedicaron a él.


lunes, 28 de marzo de 2016

¿El tiempo vuela?

El otro día me comentaba una compañera de trabajo que su hija de 13 años le había dicho que el tiempo pasa muy deprisa. Claro, con 13 años esa frase tiene un matiz muy diferente a si la dices con 63. Pero la niña tiene razón y su frase nos hizo reflexionar sobre qué es lo que provoca que la niña diga lo mismo que alguien mucho más mayor. Mi explicación puede sonar muy simple, pero es la única que se me ocurre como la principal diferencia entre esos 13 años y los que tuve yo: las nuevas tecnologías.

¿Cómo no va a pasar rápido nuestro tiempo si yo te envío un mensaje de whatsap y tú lo ves antes de que me dé tiempo a guardar mi teléfono en el bolso? Nos estamos acostumbrando a tanta inmediatez en todos nuestros ámbitos que me temo nos hemos vuelto incapaces de pensar que el tiempo pasa despacio. Porque todo es ya.

He pasado esta Semana Santa en un diminuto y maravilloso pueblo del interior de España, Mundobriga en la antigüedad, allí apenas hay buena cobertura de telefonía móvil, por lo que muy rara vez puede haber eso a lo que los ciudadanos de hoy en día nos estamos acostumbrando: la velocidad.
                                                                                      
Una vez de regreso a la urbe, me planteo que por supuesto en nuestra mano está subirnos al tren de una velocidad o de la otra, porque una cosa está clara: nadie sabe cuándo va a llegar a su destino, así que mejor que la vida no nos pase sin darnos cuenta... ¿no os parece?


Y hoy me apetece dejaros con una canción que tiene más de 40 años y sigue sonando genial, my cherie amour, de Stevie Wonder, en esta ocasión, en la versión de una de mis cantantes preferidas, Annie Lennox, en un homenaje que le dedicaron al cantante en 2015.

Muy feliz semana para todos.


lunes, 21 de marzo de 2016

He's a maniac

Sabéis de sobra que a mí me gustan mucho los anuncios, en especial los buenos anuncios, he hablado de muchos otras veces. Pues hoy os quiero hablar de uno que ha aparecido en televisión recientemente, el de Cillit Bang, vi la versión reducida en la televisión pero he ido rápidamente a internet a buscar la extendida. 

Se ve a un bailarín en la ardua tarea de limpiar todo un taller mecánico en una noche. La canción que acompaña al bailarín y la gracia que se da para limpiarlo todo son espectaculares. Más allá de la novedad de ver un anuncio de productos de limpieza promocionados por hombres, me atrae la idea de que algo está cambiando. Me gusta pensar que un 'Cillit Bang' no es que pueda, es que también debe estar en manos de un hombre.

Os dejo, por supuesto, con el anuncio, y con la idea de que aprovechéis estos días para reflexionar, os deseo que paséis una muy feliz Semana Santa.

 

viernes, 18 de marzo de 2016

Refugiados


Me indigna lo que está ocurriendo con los refugiados de Siria. Me consterna lo que está sucediendo con las personas que se amontonan en circunstancias deleznables en las fronteras de países europeos, buscando algo de paz.

Cada día miles de supermercados de toda Europa tiran comida a punto de caducar a la basura, por no hablar de la que tiramos a la basura, esta vez sí caducada, las personas en sus casa.

Con esa comida nadie en esas circunstancias pasaría hambre. Pero además, en todas las grandes ciudades europeas hay espacios vacíos, casas vacías en las que bien se podrían acomodar familias enteras. Afortunadamente en Europa no estamos en guerra, pero ¿de verdad no se puede hacer nada a nivel de ciudades (ya no de países) para ayudar a estas personas? ¿Somos inhumanos?

A ver...

domingo, 13 de marzo de 2016

[...] o Foolish love

Puntos suspensivos entre corchetes o paréntesis es lo que se escribe cuando se omite una palabra o fragmento del original. Pues así he querido comenzar este post, y es que cuatro meses es mucho tiempo para omitir un fragmento. Que el tempus fugit ya lo sabemos todos, pero esa sentencia no nos debería condicionar para lo que queremos hacer en un futuro, sino para lo que ya estamos o no haciendo. Ese es mi caso.
Ha llegado la hora de replantearme mi blog. Llevo casi siete años con él, años en los que han ocurrido muchas cosas que vosotros habéis compartido conmigo. Pues así voy a seguir, ya que así me lo habéis pedido. ¡Gracias!
Y para celebrar nuestro reencuentro, os dejo con una canción que aunque apareció hace unos años, yo la acabo de felizmente descubrir.
 

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