domingo, 22 de diciembre de 2013

Aborto

Me indigno día tras días con el gobierno que ostenta el poder actualmente en España. Han estado haciendo muchas cosas que uno entiende ‘lógicas’ desde su perspectiva, que no desde la mía. Desde su perspectiva elitista, adinerada, empresarial, clasicona, clerical, etc.

Pero esta semana hemos llegado a lo que considero ‘demasiado lejos’, a una nueva ley del aborto que cercena todas las libertades de mujeres y hombres del siglo XXI. Sí, hombres y mujeres. A ver si se creen que cuando una mujer aborta, solo lo hace ella. Acaso no haya una pareja al lado que la va a acompañar en semejante trance. En fin.

Hoy quiero destacar algo casi tan grave como la ley en sí. La maldad.

Esta mañana me he desayunado con el titular de un comentario de Francisco Marhuenda en el programa La Sexta Noche, extraigo literalmente del diario online El Economista ‘la mujer quiere libertad hacia su cuerpo, pero ¿para qué?’. No puedo abrir más los ojos de la sorpresa. ¿Quién osa preguntarse, por retóricamente que pudiese parecer, para qué quiere alguien la libertad?

Mientras intento buscar alguna lógica a ese pensamiento (creedme, no la encuentro), sigo hacia delante. Con la esperanza de que esto sea solo una piedra en el camino de la humanidad y que, de aquí a un par de años, pongamos por ejemplo, podamos volver atrás, para seguir de verdad hacia delante. 

Feliz Navidad.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Rayito Mcqueen

Como muchos de vosotros sabéis, me estoy sacando el carné de conducir. Bien, pues aún no me he sacado la teórica, que ya me saca de quicio.

A ver… como todo el mundo me recomienda, estoy haciendo muchos tests. Los estoy haciendo porque, por lo que se ve, es una gran manera de aprobar o, en caso, contrario, sacar dinero a la gente. Casi desde que comencé, me parece raro que la mejor manera de aprenderse un temario sea haciendo tests. Y no, no es que sea la mejor manera de aprender, es que es la mejor manera de aprobar, vamos a ver qué inutilidad, desde mi humilde punto de vista.

Otra de las cosas que me hace sospechar que la teórica no está bien enfocada a su objetivo es el que una vez los conductores dejan de ser noveles y llevan años conduciendo y sus puntos van en aumento, te dicen… si yo hiciera el examen ahora, seguro que no aprobaba…

Yo voy a poner todo de mi parte en estudiar de verdad, en aprender el temario, con eso y un poco de atención al leer preguntas y respuestas, seguro que lo consigo. No tengo prisa, pero cuando lo haya conseguido, os informaré.

Mientras, otro tema que me intranquiliza es saber que cuando quiera presentarme al examen, no podré, tendrá que ser cuando pueda ser. Tal como me informaron en la autoescuela, no hay examinadores suficientes, ved la noticia de La Vanguardia de hoy, con lo cual, la lista de espera es casi tan larga como si quisiera hacerme una operación de prótesis de rodilla, una eternidad.

Así pues, igual que la misma conducción, voy a tomármelo muy en serio, con calma, pero con toda la atención; y al tiempo, pronto seré casi tan buena como Rayito Mcqueen


domingo, 24 de noviembre de 2013

El coche intriga

Cada fin de semana aparece en mi calle un hermoso Audi TT. El coche intriga por sí solo, pero más intriga el hecho de que solo lo veamos, y en la calle, durante los fines de semana.

Apetece mucho imaginarse una vida paralela a la del coche. Quién conducirá el vehículo, por qué solo le vemos en fin de semana, ¿dónde pasa el resto de la semana?, ¿con quién?...

No me costaría gran cosa apostarme en el balcón a esperar a que llegue alguien relacionado con el coche, tal vez el conductor, pero mejores cosas tengo que hacer que perder mi tiempo en ello… y más porque es invierno.

Y diréis, tal vez, que por qué le doy tantas vueltas a ello si no quiero perder el tiempo. Bien, pues porque algo no me encaja. Resultaría fácil inventarse una vida falsa que acompañe a ese coche, pero llegado algún punto, no me encaja, tan lógica soy.

Una presupone que durante la semana tiene un trabajo y el fin de semana vuelve a su casa, pero si es ‘su casa’, ¿por qué deja ese coche en la calle? El barrio en el que vivo no es especialmente peligroso, pero los ceros del precio de ese coche están pidiendo a gritos tenerlo a buen recaudo…

O pongamos que es al revés, que durante la semana está en su casa y en fin de semana, no lo está… pero ¿por qué?, ¿por trabajo?, ¿un/a amante?

Sea como sea, no creáis que soy tan cotilla, imaginación mucha, pero cotilleo poco; es el interés que se ha despertado en mí desde que me estoy sacando el carné de conducir, teórica a la vuelta de la esquina... todos los coches me dicen su qué.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Exposición

Ayer me pasó algo excepcional. Una de esas cosas que una cree que solo pasan en las películas: vi a unos bomberos haciendo ejercicio en su cuartel J

Vivo muy cerca del cuartel que los bomberos de Barcelona tienen en el Vall d’Hebrón, así que cuando volvemos a casa, más cerca o más lejos, siempre vemos el cuartelillo desde el coche, nunca se ve nada.

Bien, pues ayer ya era de noche, invierno, las 7 de la tarde y volvíamos a casa por la zona más cercana, miro para arriba y ahí está él, dándole patadas a uno de esos sacos de boxeo para aporrear, con el torso desnudo, por supuesto, persianas levantadas y mucha luz, exhibicionismo puro. Y aunque recuerdo vagamente haber aplaudido, mucho me cuidé de excederme en mi efusividad, ya que iba en el coche con el hombre de mi vida que sin necesidad de aporrear nada, ya es el hombre de mi vida.

Mi capacidad de contención no fue fruto de ningún esfuerzo, me sale natural si la situación lo requiere, pero hay personas que no pueden controlar su efusividad, en sus palabras, en su expresión, o en su reacción. Valga como ejemplo la estampida que se produce cuando en el último anuncio de Nespresso, las clientas que toman café salen despavoridas detrás de George Clooney cuando la más lista les grita que se encuentra en el local, topicazo a todas luces, pero no es de eso de lo que os quería hablar. 

Como todos los anuncios en los que aparece George Clooney, este también me gusta, pero lo que no me acaba de gustar son las gafas de sol que le han puesto, no es que sean feas, es que no le quedan bien, le envejecen.

Me surge un dilema en este punto, por un lado pienso: si te vas a exponer, que lo que expongas esté bien, pero por otro, pienso que los prejuicios que conformamos respecto a los demás, muchas veces son excesivos. ¿Tenemos o no tenemos derecho a opinar lo que queramos de los demás? Pudiera ser que pensar no sea lo mismo que opinar…

sábado, 26 de octubre de 2013

El borracho

En todos los barrios de Barcelona, y me atrevo a decir del mundo entero, hay un borracho oficial, El borracho; es una persona que en mayor o menor grado (casi siempre mayor) cuando te cruzas con ella en la calle va bebida.

El de mi barrio es muy madrugador, porque cuando cojo el metro por las mañanas, le encuentro dando voces en torno a la entrada del metro o frente a las dos panaderías y un bar, que es lo único que hay abierto a esas horas.

Me cuentan los oriundos del lugar que antaño era una persona 'normal', que tenía mujer e hijos y que las circunstancias le llevaron a tal vida.

Lo lamento, siento profundamente que haya tenido que acabar así, aunque se trate de algo temporal, quiero pensar desde el possitive thinking que me invade hace ya casi 30 años.

El que había en el barrio donde viví de pequeña se llamaba Rafa, iba calle arriba calle abajo gritando algo muchas veces incomprensible. Un día murió no se sabe cómo y aquí paz y después gloria.

Qué lleva a la personas a esta situación no lo sé, puedo imaginarlo, pero a ciencia cierta no lo sé.

La sociedad de nuestros días ofrece retos a veces más difíciles de alcanzar de lo que imaginamos, pero antes de caer en un pozo, intuyo que debe de haber un paso que estas personas no han sabido calcular.

El alcohol es como cualquier otro vicio, un problema, y como tal puede llegar a ser demoledor; deseo que nunca nadie ni de vosotros ni de vuestras familias caiga en un mal tan abyecto, con lo bello que es vivir

sábado, 28 de septiembre de 2013

Ikea's Experience

Hace una semana tuve ocasión de montar mis primeros dos muebles de Ikea. No es fácil. Tampoco difícil, no nos vamos a engañar. Las instrucciones son muy claras y si las sigues a pies juntillas, un maravilloso mueble puedes montar con tus propias manitas.

Barato es, eso es indiscutible, porque dos cómodas por poquísimo más de 200 € no se puede llamar caro, y más cuando son tan majas y fuertes, pero el esfuerzo que supone montarlas no sé si equivale al doble de dinero. Os cuento por qué.

Sacarlo de la tienda ya es un esfuerzo, tienes que meter en el coche unas cajas enormes que pesan un demonio. Una vez en el lugar de destino, se abren las cajas cual regalos de Navidad, me encantó comprobar la limpieza y lógica de las instrucciones (el único problema que le veo a instrucciones ilustradas es que en ocasiones dejan algunos elementos al sentido común y como bien sabido es, el común es el menos extendido de los sentidos…, ojo, no fue nuestro caso).

Montamos el primero y nos llevó casi 3 horas, 5 cajones y mucha ilusión. El segundo mueble nos llevó 2 horas (quiero pensar que la experiencia es un grado…) y 3 cajones, pero el doble de grandes que los primeros. Y voielà, allí se crearon las dos cómodas, lustrosísimas y que nos acompañarán por los siglos de los siglos, amén.

Me gustaría obviar que durante los siguientes dos días tuve unas agujetas impresionantes… será que mis músculos no están acostumbrados a subir escaleras con listones arriba y abajo ni a enroscar los tornillos con fuerza 10. Pero lo hice y ese precio sí que lo pagué.


Pero he de confesar que me lo pasé en grande. El trabajo en equipo siempre ha sido mi especialidad y si el compañero es el adecuado (y en este caso lo era…) la Experiencia Ikea se puede convertir en la mejor. No sé si tanto como para repetir (dadme un tiempo para que se me pasen las agujetas), pero sin duda, fue la mejor.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Relaxing cup of café con leche

Aquí me tenéis, a las 8 de la mañana de un domingo tomándome una relaxing cup of café con leche gracias a mi vecino. Algo pasa en su casa, pero en este momento no me atrevo a confirmar el qué.

Se ha dejado el despertador puesto y no está en casa, con lo cual, llevo más de una hora despierta y una vez superada la fase de ‘ojalá me pueda volver a dormir’ me he decidido a levantarme y aprovechar el tiempo.

Al calor, como os he dicho, de mi buen mug de leche con Nescafé (vamos a ser rigurosos, nada de café con leche), me pregunto cuánto miedo debía de tener la alcaldesa de Madrid a hablar en público y en inglés, para prepararse un teatrillo como el que realizó hace poco más de una semana en la defensa de la candidatura de Madrid a los JJOO de 2020.

A mí lo de la relaxing cup of café con leche no me da ni frío ni calor. Pienso que más que típico de Madrid, es típico de un país entero. ¿Qué será? Un café con leche, por favor. Con la leche fría, corto de café, largo de café, doble de azúcar, sin azúcar, como usted quiera, pero un café con leche.

A lo que voy, que la frase en sí podría llegar a resultar incluso buena, pero el tono con el que hablaba no. Eso en ningún idioma. Al más puro estilo Carmen Sevilla anunciando televisores Phillips, uno puede permitirse las florituras que quiera y los juegos de palabra que sean menester (familia feliz… phillips... algo forzadillo, pero ingenioso). Pero si no tienes su salero y lo que estás presentando es una ciudad como Madrid, mejor decantarse por un discurso emotivo, pero más sosegado, porque de lo contrario, no habrá quien se lo crea.

Eso sí, alabo la capacidad de aprovechar el desastre de Ana Botella que ha tenido la persona que le preparó el discurso, a la alcaldesa no sé si le servirá de tanto, pero a las redes sociales, a los pequeños empresarios que han empezado a comercializar tazas y a las academias de inglés, sí, les ha venido de maravilla.

Moraleja, por desastrosa que sea la circunstancia, intenta sacar algo bueno de ella, porque probablemente, lo habrá.


P.d: Dedico este post a mi vecino, sin su ayuda, no hubiera sido posible... al menos a esta hora ;-)

domingo, 8 de septiembre de 2013

Hombre rico, hombre pobre

Se que os voy a hablar de un topicazo, pero de vez en cuanto no está mal recordarlo... que toda la vida ha habido ricos y pobres es una obviedad, mucho antes incluso de la exitosa serie de los años setenta, pero lo que me llama más la atención es que últimamente he visto dos veces casi seguidas el mismo ‘tópico’ al respecto, de ricos arriba y pobres abajo, os explico a continuación.

Por equis motivos, en las últimas semanas he visto dos películas con un elemento en común: el mundo se había convertido en un lugar horrendo, los habitantes no tienen apenas poder adquisitivo, la violencia se ha apoderado de las calles y la ley del más fuerte o el que mejor sepa buscarse la vida se impone, siempre es un mundo gris. En ambas películas ocurre que el mundo que se encuentra arriba, en situación opuesta es el mejor, el de los ricos, el luminoso en el que la vida es perfecta.
Por supuesto, ambas películas acaban de manera similar, como no puede ser de otra manera, que ambos mundos se unen y deja de haber privilegios entre ricos y pobres.

Eso en el mundo real es algo difícil, pero me gusta pensar que al final todos somos iguales, o no, porque hay personas que todavía creen que la felicidad se puede comprar… que lo crean, yo no.

Ah, tranquilos, no os recomendaré las películas, que eran regularcillas, pero sí os recomendaré que reflexionéis sobre el valor del dinero, sobre lo mucho que se puede disfrutar de la vida sin tantos ceros en tu cuenta corriente, ojo, he dicho ‘tantos’, ¿de verdad la prioridad de tu vida va a ser un cero? Si la quieres, libre eres.

lunes, 5 de agosto de 2013

Vacaciones

Como para muchos de vosotros, llega la época de las deseadas vacaciones. Me faltan apenas unos madrugones, pero ya están aquí.

Este año las necesito. Me diréis que siempre son necesarias y os doy la razón, pero este año el esfuerzo ha sido máximo, el invierno duro y los ánimos están al límite.

Los que me conocéis sabéis que soy positiva al 100%, pero este año llegaré al último día laboral bajo mínimos.

Me repondré J

Empiezan las vacaciones y os prometo que me lo voy a pasar en grande. Voy a descansar, voy a desconectar del trabajo, voy a disfrutar de mi pareja, voy a recuperar mi sonrisa y voy a ser feliz.

Ayer cenamos en casa con unos amigos que estaban acabando las suyas, no habían hecho nada especial, quedarse en casa, pero su despertador no había sonado en tres semanas, habían visto a mucha familia y habían disfrutado de su pequeño, eso son vacaciones.

Tengo otros amigos que se cruzarán medio mundo para hacer un viaje espectacular. Eso también son vacaciones.

Sea de una manera o de otra, de lo que se trata es de hacer algo que haga olvidarte de tu rutina diaria, de lo que te obnubile del trabajo. Llega la época en la que haces algo que durante el año no puedes hacer. Llega el mejor momento del año.

Hagáis lo que hagáis, sed felices, porque nadie lo va a ser por vosotros.


Os dejo una canción algo melancólica, como no podía ser de otra manera, pero con un aire de relax insuperable… 



Respirad hondo y lanzaos de cabeza, que volvemos en seguida ;-)

domingo, 28 de julio de 2013

Accidentes

Como la mayoría de vosotros sabréis, esta semana tuvo lugar en Santiago de Compostela un horrible accidente de tren en el que murieron 79 personas.

Un accidente es, según el diccionario de la RAE, un suceso eventual o acción de que involuntariamente resulta daño para las personas o las cosas, pero fuera del diccionario es muchas cosas más: es un hecho horripilante que nos estremece por la crudeza de lo ocurrido, que nos alarma ante lo inesperado y nos entristece hasta el infinito por las consecuencias y lo que hubiese supuesto para nosotros si hubiésemos sido las víctimas (directas o indirectas) del accidente.

En el caso de Santiago y a falta de saber qué ocurrió en realidad, si es que algún día lo sabemos (sospechoso me ha parecido que los presidentes de Renfe y Adif hayan tardado bien poco en decir que toda la culpa es del maquinista… aunque sin duda era quien conducía ese tren), le digo al Santo que otra vez esté un poquito más atento, porque ahí no estuvo atento él tampoco.

Pero llevo días dándole vueltas a esto de los accidentes porque hace poco tuve ocasión de ver un reportaje sobre el accidente que hubo en el aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife, el peor de la aviación de todos los tiempos (y todos los países y todos… el peor) en el que murieron 583 personas en 1977.

Un cúmulo de infortunios coincidieron y provocaron la mayor catástrofe aérea (sin estar en el aire, para más congoja) en Tenerife hace 36 años.


No voy a dejar de ir a Santiago lo antes que tenga ocasión ni a Tenerife, a donde felizmente iré en mis próximas vacaciones, pero sirva este humilde post como recuerdo de todas las víctimas y como calor en forma de abrazo a todas las personas que perdieron a alguien en cualquier accidente.

martes, 23 de julio de 2013

Tiempo al tiempo

Tenía yo un pedacito de texto previsto para publicar en el blog, pero cometí el error de dejarlo abandonado unos días, craso error, porque como ya sabéis, suelo comentar temas de rigurosa actualidad, y hace un par de semanas, la actualidad era San Fermín.

Y es que nunca he entendido muy bien las ganas de sufrir que tienen algunas personas. El puntito de placer inmenso que alcanzan en ese momento en el que superan el riesgo de lo peor debe de ser inimaginable (inimaginable de bueno, quiero pensar), pero conmigo que no cuenten.

Uno de los días, un toro cargó contra un mozo en el encierro de la ganadería de El Pilar y le hizo una pequeña (o no tan pequeña) contusión que se apreciaba bien en un costado. El mozo, americano, respondía tan feliz a la pregunta del entrevistador: I feel good, happy, vamos a ver, ¿happy? Mi no entender.

Pero hoy la actualidad es o Bárcenas o el estrés prevacacional, así que como ninguno de los dos temas me motiva en exceso, os voy a comentar algo sobre otro buen recurso de conversación: el fútbol.


Hace unos días nos enteramos de que el entrenador del F.C. Barcelona, Tito Vilanova, tenía que dejar de entrenar por motivos de salud. Mucho se especuló con quien le pudiese sustituir. Me indigné sobremanera cuando se escuchó el nombre de Luis Enrique (uno de mis jugadores preferidos del Barcelona en tiempos…), no podía ser, no se atreverá, ¡acaba de fichar por el Celta de Vigo! No sé si tuvo intención de venir o no, pero hubiese quedado fatal con el Celta si nada más fichar, le llama la chica guapa y se va con ella… el Celta no es el Barça, eso es evidente, pero es que Luis Enrique aún tiene mucho que demostrar; así que tiempo al tiempo, y si en unos años consigue algo grande, no necesitará más para que le llamen los grandes, mientras, tiene que demostrar algo bueno en el equipo gallego. Vamos a ver… tiempo al tiempo.

lunes, 24 de junio de 2013

Superman

El viernes pasado fui a ver Superman, también llamado el hombre de acero, al cine. Me gusta ir al cine, pantalla grande, buen sonido, butacas cómodas, pero a veces te encuentras sorpresas algo desagradables. En este caso fue una niña.

La niña no tenía nada de desagradable, más bien al contrario, adorable, pero pobrecita mía, no debía de llegar ni a los 4 años y allí estaba, viendo una película que a mí me pareció de brutalidad excesiva.

Iba acompañada de un padre que no debía de tener mucha idea de cómo ejercer, porque allí sentó a la criatura a su lado, subida en un alzador y presenciando tiro tras tiro, pelea tras pelea, muerte tras muerte y sí, al maravilloso Superman.

La película no se recomienda para menores de 12 años, y mucho me parece. Así que doble ‘penalización’, al padre y al cine, porque es evidente que vieron entrar a la niña y lo permitieron.

¿Está muerto? preguntó la niña en voz alta en un momento en el que le pegaron un puñetazo a Superman. No, dijo el padre lo más bajito y probablemente avergonzado que pudo, y los demás sonreímos, porque sabemos de sobras que Superman no puede morir.

Si este chico pretendía ser un súper hombre, tendrá que esforzarse más, porque esa no es la manera. Y me consta que a otros les sale cada día de manera natural.

domingo, 16 de junio de 2013

Qué sabes de mí

Está saliendo estos días a la luz la noticia de lo mucho que sabe de nosotros el gobierno americano, Google, Facebook, etc. gracias a la lectura que pueden hacer de nuestros correos electrónicos o de lo que colgamos en las redes sociales.

Sin duda, esto genera un gran debate del que dudo mucho que pueda dar abasto en un post de un humilde blog, pero algo voy a comentar.

A mí, personalmente, no me importa mucho quién pueda leer mis e-mails, no suelo escribir nada que no pueda decir a la cara del interesado, aunque por aquello del decoro, de no ofender sin pretender, o de no perder el tiempo (el tiempo de escribir y luego decir lo que acabo de escribir), pues no lo suelo decir. El caso es que siempre pienso lo mismo, si alguien se molesta en leer mis e-mails o en ver los comentarios que pongo en las redes sociales, es que tiene bastante poco trabajo o una vida harto aburrida.

A mí me interesa de ti lo que me cuentes mientras tomamos un café, mientras cenamos o mientras merendamos un cruasán con chocolate. No quiero leer los e-mails que no me escribes a mí, pero sí veré y probablemente disfrutaré las fotos que publiques en la red, no quiero espiar tus mensajes, pero sí leeré los post de tus blogs. No quiero ir más allá, solo quiero leer lo que quieras compartir conmigo, entre otros motivos, porque no tengo tiempo para más.

Y quien quiera saber de mí, pues oye, que sepa. Sí, le mando un mensaje a mi pareja cuando me acuerdo de que pronto se va a acabar el papel higiénico, si él está en la tienda, qué información tan interesante, eh… anda, sigue espiándome. Como dice Alejandro Sanz en su canción La música no se toca ‘lo que va en el viento es lo más seguro, no lo dudéis’.

Yo prefiero aprovechar todo lo bueno que tiene la red y comentaros que acabo de descubrir esta canción de Macklemore & Ryan Lewis, a la que no le daba ni un duro antes de empezar y he acabado viendo el vídeo entero un par de veces, como muchas canciones de raperos, el estribillo, genial, like the ceiling can’t hold us :-)

domingo, 9 de junio de 2013

A la cuarta pregunta

“Esta chica está a la cuarta pregunta”, me dijo mi suegra, y no la entendí. Estábamos hablando de una conocida y no supe relacionar la cuarta pregunta y a la conocida. En seguida me sacó de la duda, está muy mal, quiso decir. Bonita expresión para eludir la palabra mal, y aunque no sé exactamente de dónde viene, me quedo con ella, me parece genial.

En la oficina donde trabajo hay mucha electricidad estática, raro es el día en el que no te llevas dos o tres chispazos al abrir una puerta. La semana pasada me encontré a mi jefe en el office y al abrir la puerta me llevé el consabido chispazo, él exclamó algo del tipo ‘vaya’ (lo que decimos todos cuando vemos que le pasa a un compañero, si te pasa a ti el taco está asegurado), pero haciendo gala del buen carácter que me gasto por las mañanas, me dije ‘vamos a sacarle el lado positivo’ y le dije que lo bueno de los chispazos es que ayudaban al café a espabilarnos por la mañana… a él le saqué media sonrisa y me dijo, ‘positive thinking’. Sí, positive lo soy bastante, porque sinceramente, se vive mucho mejor.

No es fácil ser positivo, que no significa iluso, crédulo o tonto; ser positivo consiste en intentar ver el lado bueno de las cosas; a veces no se ve en el mismo momento en el que lo quieres ver (raro sería estar sufriendo una tragedia personal y pensar ‘qué bien’). Pensar en positivo es un modo de vida, una actitud frente a lo que te rodea, pero sobre todo, frente a ti mismo. 


Si no lo eres, última oportunidad, cerciórate, pregúntate qué tiene de positivo no ser positivo. Si te respondes, ya tienes la respuesta. A seguir :-)

domingo, 26 de mayo de 2013

El buen líder

Hace unos días asistí a una conferencia sobre motivación de equipos impartida por el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid Francisco Gil. Pese al calor en la sala, la charla resultó de lo más interesante. Mucha fue la información que nos proporcionó, que no por obvia, deja de ser importante.

Me quedo con dos frases, una: ‘el buen líder se rodea de gente mejor que él’. Me encantó esa frase, porque obliga a una humildad sin medida.

El que tiene miedo a ser superado, el que se rodea de gente de menor nivel intelectual que él por el miedo a que le superen, no merece el calificativo de buen líder. Es lo fácil. Y es que siempre me ha parecido que algunos valores no se compran, por ejemplo, la humildad.

Y la segunda frase con la que me quedo es ‘si supiéramos todo lo que sabemos, seríamos cien veces más productivos’… ahí es nada, chicos, disculpadme pero necesito reflexionar… y lo mejor de todo es que sé por qué.

domingo, 5 de mayo de 2013

Donde va el botón...

Donde va el botón, va el ojal. Eso dice mi suegra* cuando se refiere a las parejas, porque tanto derecho tiene uno como el otro a ir a un determinado lugar. No se concibe invitarles por separado.

Me dijo la frase el otro día y me encantó.

Qué bonito y qué acertado suele ser el refranero popular. Algo que según observo a mi alrededor se va perdiendo, probablemente más por el desgaste de las personas que del propio lenguaje.

Los refranes son casi ‘verdades universales’, los genera el pueblo a fuerza de corroborar que esa realidad existe y se cumple algo más de muchas veces. Me encantan.

Yo nunca he tenido talento para recordar refranes, más allá de los manidos abril aguas mil o más vale pájaro en mano que ciento volando. A veces no se cumplen, claro está, no siempre este tipo de verdades son indiscutibles, pero si existe un refrán sobre el tema es que alguna vez sí fue habitual así.

En la literatura se hizo famoso Sancho Panza por tener una boca llena de refranes que se peleaban por salir, casi hasta la extenuación. Y en mi vida, mi hermana. Ella ha sido siempre especialista en tener un refrán preparado para ilustrar el momento, me parece un talento.

Así que desde aquí reivindico el uso del refrán. Enriquece el idioma (porque los refranes viajan en el tiempo de generación en generación…) y le aporta un toque de divertimento a la conversación muy útil en estos tiempos en los que todas parecen estar monopolizadas por el fantasma de la cr…

*Hoy le dedico esta entrada a mi suegra, porque es el día de la madre y quiero felicitarla, pues ella es, sencillamente, una mujer maravillosa.

jueves, 25 de abril de 2013

Jubilación

En la parte más alta del Paseo Maragall de Barcelona hay una pastelería, Rovira creo que se llama, que por lo que me han explicado lleva allí muchos años. Yo he entrado pocas veces porque en casa tengo un alérgico a los frutos secos y en las pastelerías la mayoría de productos o están hechos con algún tipo de fruto seco entre sus ingredientes o están hechos en moldes que antes o después los han contenido. Sí, también existen las deliciosas trufas, pero las compro en otra pastelería, porque son exquisitas.

A mí me llama la atención ésta porque entre las dependientas hay una señora muy mayor, anciana a todas luces, que despacha con la máxima de las solturas. Me hace mucha gracia y siempre que paso miro dentro para ver si está, y casi siempre está, yo la llamo 'la yaya'. Lamento decir que si no la veo, me asusto, porque pienso que puede haber fenecido. Yo no paso cada día por delante del local y podría haberme perdido los días de luto. Pero no, vuelvo a pasar al cabo de unos días y ahí está, tan resuelta, menudísima, pero con una energía que le sale por cada uno de los gestos que lleva a cabo.

Tiene toda la pinta de ser la dueña, esa señora que levantó el negocio allá a mediados de siglo XX, cuando tal vez lo heredó de su padre o, tal vez lo creó ella misma con su marido (a las mujeres en la época franquista no se las animaba a montar negocios, por muy dulces que estos fuesen, ojalá me equivocase en este caso…). Y como es la dueña, no se jubila. No creo que lo haga por dinero, apuesto, más que probablemente lo hará porque le encanta su trabajo. Porque adora servir a un público deseoso de comer delicias dulces o saladas, está encantada de crear los productos que crea y de servirlos a clientela de cualquier edad.

Me parece maravilloso y me parece, no lo negaré, un mal ejemplo. Yo no quiero llegar a los 80 y seguir yendo a trabajar cada día. No quiero hacerlo por varios motivos, pero el principal es porque mis ojos ya no tendrán la agilidad que tienen ahora y mi cuerpo ya no podrá resistir el frenético ritmo de mi vida actual (naturalmente el cuerpo humano evoluciona, al menos el mío). Complicada cuestión esta de la jubilación…

domingo, 21 de abril de 2013

Provecho


Para llegar a mi trabajo cada día cojo el metro y a continuación enlazo con el tren. Casi 25 kilómetros separan mi casa de la oficina donde trabajo. Sobre si me parece larga o corta distancia os prometo hablar en otro post, porque hoy os quiero comentar algo que viene a mi mente de vez en cuando durante el trayecto.

Yo, como persona sensible que me considero, soy muy receptiva a temas emocionales; recientemente me ha ocurrido con el atentado en el maratón de Boston, qué fácil se preparan dos ollas con explosivos y se vuelan las ilusiones de miles de personas allí concentradas…

Como me ocurre con los accidentes de aviones, cuando se produce un atentado, me vienen a la cabeza otros muchos que mi mente pueda recordar, concretamente los que por un motivo o por otro, me puedan resultar afines. No me traumatizan, solo los recuerdo.

Por ejemplo, en la carrera que me pego entre metro y tren, más de un día me imagino a las personas que viajaban en los trenes del atentado de Atocha, en 2004 en Madrid, irían pensando en sus cosas, como lo hago yo cada día. ¿Quién tenía derecho a quitarles esos pensamientos de su cabeza?

Bajo las escaleras al andén a toda velocidad y me subo en el tren, que con suerte está a punto de arrancar, al salir del túnel enciendo la radio y, contemplando el bello amanecer de Barcelona, empiezo a pensar en lo obligada que estoy a disfrutar de mi vida, cada uno de los minutos. Solo tenemos una, ¿verdad? pues vamos a intentar aprovecharla.

martes, 16 de abril de 2013

Principios


Define la Real Academia Española de la lengua los principios como “Normas o ideas fundamentales que rigen el pensamiento o la conducta” y eso es uno de los firmes pilares que sustentan la mente de algunas personas a las que sin duda alguna admiro.

Hace apenas unos días, conversando un poquito con mi compañero de oficina, un simpático y prometedor informático que actualmente trabaja como becario, me sorprendió con una respuesta. Cuando no recuerdo por qué motivos hablábamos de novios y novias él afirmó que lo que más le gusta de su novia es sus principios.

Me sorprendió gratamente, pero reconozco que me dejó algo fría. Es maravilloso que tus principios sean lo que más le guste a tu pareja, pero sinceramente espero que le guste algo más… es broma, no me cabe duda de que así será.

Poco después, conversando con unos amigos la otra noche acabamos hablando de un conocido del barrio que tenemos en común y en quien al ascenderle en su trabajo, todos habíamos notado un cambio en su manera de pensar, si antes era poco menos que sindicalista, había acabado al cabo de los años convertido en una persona instalada en las antípodas de un buen Marx.

En ese momento pensé que eso no le puede ocurrir a alguien con firmes principios. Pueden cambiar muchas cosas en tu vida, sin duda puedes ir moldeándote a medida que evolucionas, pero cambiar drásticamente de principios me parece, sencillamente, muy triste, porque, no sé si os habéis percatado alguna vez, pero los principios no se compran. Y si no tienes los tuyos propios, puedes disimular un tiempo, pero al final se nota.

viernes, 29 de marzo de 2013

Barry Manilow

Hoy quiero compartir con vosotros mi último gran descubrimiento, Barry Manilow. Es autor de varios éxitos musicales de hace unas décadas, una estrella en Estados Unidos y probablemente en el resto del mundo. Sé que llego 30 años tarde, pero más vale tarde que nunca.
Le descubrí, como muchas cosas buenas, por casualidad. Mi pareja me quiso mostrar un vídeo de YouTube y en su lugar me puso otro que tenía como base el Copacabana de Manilow. En seguida me puso el que él quería, pero ya no pude quitarme las graciosas notas de la cabeza… en cuanto las busqué descubrí un vídeo que me dejó boquiabierta. Una actuación en un concierto en Pittsburg, en los 80, su época gloriosa, imagino. Qué descubrimiento. Qué personaje.
Después del primer impacto, le he buscado en vídeos y más vídeos, en directo, en grabado, en entrevistas… y me quedo con casi todo (el botox no), con lo divertido de este hombre, con su peculiar cara [que a la postre me hace imposible que le crea cuando canta canciones de desamor romanticonas], con su voz, en ocasiones desgarrada. Lástima que ya no tenga edad (o ganas, probablemente) para hacer giras mundiales.
Además de entretenerme un ratito, y a la vez yo a mi pareja cuando me pongo a bailar el chacha por el pasillo de casa [ya no puedo parar], Barry Manilow me hace reflexionar sobre la suerte que tenemos de acumular el talento de los artistas que pasaron por el mundo años antes de que naciéramos y contar, seguro, con todos los que vengan después. No nos olvidemos de sumar lo de antes con lo de después. Todo suma y nosotros no podemos hacer otra cosa en este caso que salir ganando con ello.

domingo, 24 de marzo de 2013

Ruido

Hace un tiempo os escribí sobre la importancia de dominar el espacio físico. Y hoy os quiero comentar algo parecido, pero con respecto al ruido.
Es problema común a casi todos los mortales el de sufrir los ruidos de los vecinos. Da igual si vives en un piso, en una casa, en una cabaña, en un pueblo, en una ciudad, antes o después sufres el ruido (normal o no tanto) de los vecinos.
Yo os quiero hablar hoy de dos ejemplos opuestos, mi vecino de arriba y mis vecinas de al lado. El vecino de arriba es bastante escandaloso. No es constante, pero sí molesto. Cuando se ducha grita como si el agua le estuviese cortando la piel, por suerte se ducha rápido. Y sobre sus muebles tengo una teoría, o se mueven solos sin saber dónde ubicarse, o mi vecino es un indeciso que no domina el feng shui, porque noche tras noche antes o después de la hora de cenar, sus sillas, mesas y sofás se mueven inexplicablemente; me lo imagino haciendo prácticas de decorador de interiores.
Mis vecinas de al lado son su antítesis, no las oigo nunca. Sé que están porque alguna vez veo la luz de su cocina encendida, pero me sorprende sobremanera no oírlas ¡porque son dos chicas jóvenes! De un perfil así uno se espera fiestas, reuniones de amigos, música alta… pues no, ellas son genialmente anormales. Y las adoro por ello, no quiero que encuentren novio nunca, que no se vayan de aquí porque yo sé que un fenómeno así es irrepetible.
Y acabo como empecé, demandando la importancia de dominar el ruido que producimos. No vivimos solos en el mundo, por lo que ¿qué te hace pensar que el ruido que tú haces le resulta indiferente a las personas que tienes a tu alrededor? 

domingo, 17 de marzo de 2013

Sí o no


Rechazo plenamente la expresión sí o sí, que tan de moda se ha puesto últimamente entre los hispanohablantes, al menos de España. La rechazo por dos motivos: el primero porque es incorrecta. La letra o en este caso es una conjunción disyuntiva, esto es, que opone dos supuestos, tal como indica la definición de la RAE ‘Denota diferencia, separación o alternativa entre dos o más personas, cosas o ideas’. Así pues, lo que vaya antes y después de la o tiene que ser diferente u opuesto: Juan o Pedro, blanco o negro, chorizo o salchichón, pero no puede ser igual, ¿qué estás contraponiendo, entonces?, ¿qué sentido tiene? Pues sí, tiene uno, el que me lleva al segundo motivo por el que rechazo esta expresión: dictatorial.
Una vez nos permitimos la licencia de decir una incorrección, cuando decimos que algo tiene que ser sí o sí, estamos diciendo que no tienes ninguna opción de que sea que no. Ingéniatelas como quieras, pero lo vas a tener que hacer. Sea como sea (una bonita expresión que podría sustituir a la horrorosa sí o sí). Me parece de lo más dictatorial.
Entiendo que haya momentos en los que hay que hacer algo porque no queda más remedio. Vale, pues dilo así, no hay más remedio, no tienes otra opción, estamos obligados, pero aisssss, cuánto cambian las tornas si lo decimos así. Fijaos bien: si decimos sí o sí, la dictadura se ha impuesto, si decimos no hay más remedio es que las circunstancias nos pueden haber llevado a ello y puede que quien lo diga también esté en la misma situación.
Lo siento, pero no me pienso apuntar al carro del sí o sí. El español tiene un vocabulario lo suficientemente rico para expresarse mucho mejor.

jueves, 14 de marzo de 2013

Vergüenza ajena


La gente no tiene muchas luces en general, pero no os espantéis, que para nuestra tranquilidad, también hay muchas personas inteligentes.
Digo que la gente no tiene muchas luces cada vez que veo el programa Ridiculousness, que dan en MTV de vez en cuando, traducido al español como Vergüenza ajena (el título lo dice todo).
Es un programa que recoge vídeos de Internet en los que aparece gente que tiene accidentes fortuitos, caídas inesperadas, etc. Hay algunos que son claramente un accidente. Una persona quería hacer algo, tirarse de cierta altura a un río y acaban estampándose en la tierra porque no han calculado bien, accidentes mientras se practica deporte y otros accidente que podemos sufrir todos en nuestra vida cotidiana; pero también hay muchos que son bromas que se gastan entre los amigos, familia o pareja y que a ellos nos les debe haber hecho mucha gracia, pero al espectador sí (y hace más gracia porque los presentadores del programa añaden un toque de humor muy divertido).
Es en ese momento, durante cada programa, cuando pienso que hay muchas personas que no tienen dos dedos de frente. ¿Qué esperan que pase si hacen sentar a una persona en un sofá bajo cuyo asiento han puesto un airbag? La lógica dice lo que acaba pasando, que el que se siente saldrá volando y vete a saber dónde acaba cayendo, si es dándose en la cabeza contra un mueble, ya tenemos un lisiado en el más optimista de los casos. Pero las personas que urden estas bromas no piensan en lo que puede pasar sino en lo bien que se sienten preparando la broma. Y me molesta.
Yo me río sobremanera en cada uno de los programas, pero no puedo evitar pensar en cuántas consultas de urgencias se habrán llenado con gente de este programa; para mi gusto, sobran, ya me reiré con otra cosa.

domingo, 10 de marzo de 2013

Tiempo


Ayer vi una interesante entrevista al neurólogo Álvaro Pascual-Leone en la que hablaba de la dificultad del ser humano para tomar decisiones, lo mucho que influyen nuestros miedos al cambio, el miedo al fracaso o el sencillamente no saber lo que queremos. Habló de lo irracional del cerebro humano, algo que me llamó poderosamente la atención, pero que entendí cuando puso varios ejemplos de cosas que el cerebro cree de una determinada manera cuando en realidad no lo son (dos pedazos de tortilla iguales puestos uno en un plato grande y otro en un plato pequeño, el segundo nos parecerá siempre más grande, pero en realidad es igual que el otro).
Menuda bofetada de humildad recibí. Acaso cuando crea que algo es como yo creo que es, quepa la posibilidad de que no lo sea.
Hace tiempo os colgué una canción de Julieta Venegas, Sería feliz, que esta semana ha vuelto a mi mente porque la cantante estadounidense/mexicana ha pasado por España para dar algunos conciertos. Conste que no he asistido a ninguno porque no me gusta tanto, pero la canción sí.
La canción tiene un tono triste, lo reconozco, aunque muy coherente. Sería feliz es condicional, si pudiera, si tuviera… me gusta para una canción, pero no para mi yo ni para mi ahora. No quiero pensar en condicional, prefiero pensar en presente o, como mucho, en futuro de indicativo, me resulta bastante más práctico y útil para mi vida cotidiana, aun contando con una cerebro irracional.

domingo, 24 de febrero de 2013

La realidad


Esta mañana he tenido la oportunidad de ver con mis propios ojos el Airbus-380 que ha llegado a Barcelona, bastante puntual por cierto, que llegaba por primera vez a España, con motivo del Mobile World Congress de 2013.
Es un ingenio impresionante, debo reconocerlo. Por la que yo llamo ‘autopista del cielo’ se veían llegar los aviones uno detrás de otro esperando su turno para aterrizar, pero cuando ha asomado el A-380 la diferencia era evidente incluso en la más lejana de las lejanías que el ojo humano puede vislumbrar.
Los pares de ojos humanos que en las cercanías del aeropuerto del Prat nos hallábamos era muy superior al que suele haber cualquier domingo, probablemente superábamos los dos mil, quinientos para la policía ;-) pero los ojos inhumanos (me refiero a las cámaras de los móviles) que estaban siendo testigos del momento eran casi los mismos. Me he quedado muy sorprendida por la cantidad de personas que preferían ver la realidad a través del ojo falso en lugar de verla con sus propios ojos. La escena era como os cuento a continuación:
Las personas sostenían el móvil con sus manos, en ese momento el avión impresionante pasó sobre nuestras cabezas, las personas pararon la grabación y cuando el avión aterrizó y todos estábamos satisfechos por lo que habíamos visto, constaté que muchas personas seguían sin levantar su cabeza del móvil ¡porque estaban comprobando la grabación!
Es decir, esas personas no han visto con sus ojos el avión, ni cuando se aproximaba, ni cuando pasaba sobre nuestras cabezas, ni cuando aterrizaba, lo han hecho a través de una cámara. Para eso no hacía falta acercarse al aeropuerto del Prat. En internet hay montones de vídeos buenísimos del A-380.
Me resulta muy llamativo ese fenómeno que se produce en la mente de algunas personas, que aprecian tanto el valor de un ojo ficticio que sin duda tiene buenísimas utilidades, pero exactamente la de ver, no.
Solo espero que nunca se inventen los labios inhumanos, porque tampoco los querré.
Feliz Mobile World Congress a todos los asistentes. disfrutad de Barcelona con los ojos que queráis.

sábado, 23 de febrero de 2013

Robert Redford


¿Quién era más guapo, Paul Newman o Robert Redford? Me parece una pregunta bastante sinsentido, pero la he oído tantas veces que con mucho gusto la voy a responder: para mi gusto, Robert Redford. Pero además, con diferencia.

Paul Newman era guapo, uno ojos azules indiscutiblemente preciosos y una cara que le convirtió en uno de los mejores reclamos cinematográficos [talento actoral aparte] durante muchos años, hasta bien entrada su avanzada edad.

Pero Robert Rerdofd me parece superior. Un poco más. Se le mire como se le mire, se peine como se peine, se ponga como se ponga y le pase lo que le pase en las películas, es guapo.

Y para mi desasosiego, no he visto muchas películas suyas, pero le he visto tantas veces, que lo he podido constatar.

Le vi, sin ir más lejos, hace un par de semanas en una película que dieron por televisión y me pareció muy interesante: Los tres días del cóndor, de Sydney Pollack. Hay que reconocer que en 1975, el señor Redford, apenas llegando a los cuarenta, se debía de encontrar en su máximo esplendor, pero aun así, me parece que está muy guapo.

Lo que me apesadumbra desde que le vi en esa película es que no pude ver la película entera. No entiendo la manía que tenemos en España de programar las películas por la noche para que comiencen en torno a las 10:30 de la noche. Si tienes un trabajo decente (e incluso si es un poco indecente) es bastante fácil que no puedas ver el final de una película que comienza a las 10:30, por corta que sea, con lo cual, me quedé sin saber lo que le pasa al cóndor al final de los tres días. ¿Alguien lo sabe?

Pues por favor, que no me lo diga, porque la quiero ver.

sábado, 16 de febrero de 2013

Violencia

No puedo con un tipo de violencia. Sé que suena raro decirlo, porque no debería poder con ninguno, pero después de muchas películas, me he dado cuenta de que hay un tipo de violencia que no me sienta nada bien: la física. Cuando dos matones se ceban a puñetazos con un no tan pobre inocente como ocurre en Mátalos suavemente, no puedo mirar, cual chiquilla tengo que apartar la vista. Pero si es una bomba la que cae sobre una casita en la montaña reventándola y haciéndola arder en llamas como en El legado de Bourne, me quedo tan tranquila.

Bueno, tan tranquila no, pero no me afecta ni la cuarta parte de lo que me afecta una buena pelea a puñetazos o una serie de navajazos en un callejón oscuro, peor aún si es bajo la lluvia.

Yo ya sé que en ambos casos se trata de una película y tanto la explosión como los puñetazos son de lo más ficticio, pero no puedo evitar sentir una parte del dolor físico que ese tipo de violencia puede causar. Puede que haya algo de miedo en ese sentimiento, porque si lo pensamos con frialdad, encontraremos que el hecho de que unos matones te propinen una paliza en plena calle es más probable que un misil caiga sobre tu casa (si vives en Barcelona, por ejemplo, hay otras zonas del mundo donde tendríamos que decirlo justo al revés).

Pero pensándolo bien, después del meteorito caído en Cheliabinsk, Rusia, hace un par de días, creo que una especie de bomba caída en forma de meteorito sobre la ciudad en la que vivo, puede llegar a convertirse también en algo desagradablemente frecuente.

Llamadme miedosa, si queréis, yo lo dejo en peliculera.

jueves, 14 de febrero de 2013

Amén

El Papa de Roma ha dimitido. La noticia del año, sin duda alguna. ¡Y solo estamos en febrero! Por lo insólito del caso, esa dimisión me parece sencillamente espectacular.

La máxima figura de la Iglesia Católica en la Tierra no se ha visto con fuerzas suficientes para seguir desarrollando su trabajo y se retira.

Le honra dicha acción, cuántas personas deberían hacer lo mismo y no lo hacen. Tienen mil años y no se retiran. Bueno, en realidad le hubiera honrado más no presentarse a la elección, porque tiene tela que los papas sean elegidos cuando los demás estamos deseando jubilarnos, pero ya que tienen esas normas, que las cumplan.

Yo no soy religiosa, pero el día de la fumata blanca, estaré pendiente de los medios de comunicación, como si en vez de un Papa, de ahí fuese a salir el hombre de mi vida.

Daría lo que fuese por estar en la Plaza de San Pedro ese día, porque ya me pareció espectacular cuando estuve sin fumata, con que rodeado de miles de personas y al borde del humillo, tiene que ser una auténtica obra teatral elevada a la máxima potencia.

Vuelvo a repetir que yo muy religiosa no soy, pero los espectáculos sí me gustan, y veo que las parafernalias que utilizan son de una magnitud tal que no puedo menos que admirarla en casi todo su esplendor (todo tiene un límite…).

Le deseo buena vida al hombre que ha sabido ponerse en su sitio y darnos la oportunidad de no esperar 10 años más a vivir otro espectáculo de humos.

Aprovecho para saludar al amor de mi vida, al que sin pretenderlo le he hecho aparecer de una chimenea unas líneas antes, y que un 14 de febrero, gracias al santo más romántico, Valentín, no puedo dejar de mencionar :-D

domingo, 10 de febrero de 2013

Quien hace lo que puede, no está obligado a más

Quejarse es necesario. Imprescindible diría yo. Cuando algo no es correcto, cuando alguien se salta la ética, cuando hay abusos de poder, cuando no se entiende lo que está ocurriendo, lo lógico es quejarse.

Pero quejarse también es un arte, para mí. Para nuestra desgracia, en la sociedad actual, tenemos mucho de lo que quejarnos, y por ello hay algunas personas que se han instalado en la queja constante. Todo el día se van a quejar. ¡No puedo más!

A ver, ¿por qué no damos un paso más?, ¿qué hacemos para solucionar la situación? Yo, que cuando me lo propongo soy persona razonable hasta la extenuación, te diría que empecemos haciendo lo que esté en nuestra mano. Y poco a poco llegaremos al objetivo final.

Ambicionar objetivos enormes está bien para un sueño, pero para la vida real puede resultar algo ‘descalabrante’. Abogo porque te plantees objetivos más pequeños, alcanzables, y a medida que los vayas superando, aumentes el grado de objetivo a cumplir.

Y con la situación actual, de la que nos pasamos el día quejándonos, lo mismo. Vamos a intentar solucionar lo que podamos. Primero será lo que esté en nuestra mano: nosotros, nuestra casa, nuestro barrio, nuestro lugar de trabajo, y luego, si llegas, vuelve a replantearte la situación, porque en unos años tanto tu situación personal como la sociedad habrán cambiado y tal vez el objetivo a seguir que te habías planteado con la mano en alto cuando tenías 25, ya no tiene mucho sentido en tu nuevo yo.

Hoy me ha apetecido hablar de esto porque los fines de semana por las mañanas escucho el programa A vivir que son dos días, de Javier del Pino, en la cadena SER. Me gusta comprobar que el programa que el año pasado se centraba en un típico debate (soberbiamente moderado por Montserrat Domínguez) sobre cualquier tema de actualidad se ha transformado en un programa reivindicativo en el que muchas personas que están luchando duro por los derechos de los demás, ya sea en un barrio de Madrid o en un rincón de la India, tienen voz.

Un profesor que tuve yo de pequeña nos decía en clase… ‘quien hace lo que puede, no está obligado a más’; entonces no veía la sorna de la frase, pero ahora sí… ¿cómo se sabe lo que se puede?

sábado, 2 de febrero de 2013

Declaración de amor

Mi compañero de trabajo nos contaba ayer que un día esperando a que sus niños saliesen del colegio, estando sentados en un banco él y su mujer, pasó por delante de ellos el ex novio de su mujer. ¡Qué fatalidad!

¡Y encima es guapo! Se quejaba él.

Resultó un relato de lo más divertido, pero no me puedo imaginar una circunstancia más perturbadora. Bueno, sí puedo, no me toméis al pie de la letra, que esto es solo una manera de expresarse…

Que vayas a tener que encontrarte al o la ex de tu pareja más frecuentemente de lo que te gustaría es un infortunio. Porque que todos tenemos más o menos ex parejas, ya lo sabemos y, de hecho, es lo natural. No es habitual que alguien acabe toda la vida junto al primer amor que se encontró en su juventud. Pero lo que no es tan natural es que ese o esa ex forme parte de tu vida años después de una manera tan cotidiana (como es la posibilidad de verle cada día en la puerta del colegio de tus hijos).

Yo lo que tengo claro es que cada pareja es un mundo. Cada dos tiene su código y cada pareja sabe lo que pasa dentro y fuera de ella y, para bien o para mal, no lo sabe nadie más.

Lo que yo sé respecto a la mía es que por muchos ex que yo tenga y por muchas veces que me los encontrara cada día, nadie iba a hacer tambalearse ni un milímetro lo que siento por mi pareja. Porque sencillamente no hay nivel más arriba, el más arriba es él.

viernes, 25 de enero de 2013

En las nubes

30000 euros es lo que cuesta un máster de controlador aéreo en la Universitat Politècnica de Catalunya. Se dice rápido, eh, muy rápido. Yo cuando lo oí (porque lo oí de boca de alguien que lo conoce de buena fuente) aluciné un poquito, lo reconozco. En primer lugar porque a los estudiantes de ese máster les considero privilegiados: tener esa enorme cantidad de dinero en las manos cuando aún eres relativamente joven me pasma. Me parece que o te la han prestado, o la has heredado o la has robado, porque así, de buenas a primeras me cuesta creer que alguien que no llega a los 25, por ejemplo, haya podido atesorar 30000 euros trabajando en los veranos en Ibiza (eso o tengo yo algo desvirtuados los veranos en Ibiza, que también podría ser...). Sea como fuere, son muchos euros, y me parece curioso, en segundo lugar, que alguien los destine a especializarse en una profesión, por mucho dinero que se pueda llegar a ganar luego en ella. Algo falla en mi mente simplista o no participo de según qué business.
Pero al fin y al cabo, a mí me da igual lo que haga la gente con su dinero. Pero lo que no me da tan igual es cómo lo consigan, porque si de las tres opciones que he dado eligen la tercera, puede que a quien estén robando (de manera directa o indirecta, puesto que robar es un concepto extraordinariamente abstracto, como vemos cada día en las noticias) sea a mí, y eso no me hace ni puñetera gracia.

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