jueves, 15 de diciembre de 2011

Jobless

Eso es lo que soy ahora mismo, me han echado después de 5 años y 13 días de servicio a la empresa. Pero no pasa nada, ¿qué ha de pasar? Sí, se deja de estar en nómina, claro, se deja de ver cada día a unos compañeros determinados y se dejan varios proyectos en el aire porque como no te avisan de que te van a echar, se deja todo manga por hombro porque te echan con todas las consecuencias (las malas y las buenas, que también las hay), pero pasar ¿qué pasa? Acaso todo y nada.
Lo más curioso del caso es que al día siguiente de echarme me llamaron para preguntar qué tal estaba, bien gracias, y para, como quien no quiere la cosa, pedirme si les podía poner al día de mis proyectos porque no tenían ni idea de por dónde comenzar. Como os lo digo.
Es para dejar perplejo al más pintado, no me digáis que no, es como si tu marido te deja un día y vuelve al día siguiente para que le laves la ropa porque su nueva pareja no sabe poner una lavadora. Increíble.
Sabed que ahora tendré mucho tiempo para escribiros historias curiosas, así que si lo seguís queriendo, seguimos en contacto :-D
Y si queréis contratarme, también estoy libre.
Para poner lavadoras ajenas ya no estoy tan libre, lo lamento.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Standard &

Vaya por delante que no tengo ni la más remota idea de qué es Standard & Poor’s. Bueno, remota sí, pero tan remota que no me apetece lo más mínimo investigar.
Lo que sí sé de esta empresa es que es lo mismo que el Hombre del saco, da miedo.
Yo sigo las noticias a diario, pues me gusta estar informada de lo que pasa por el mundo, pero cuando oigo Standard & Poor’s me entran escalofríos porque justo después de oír su nombre se oye también la cantidad de niños que lleva metidos en el saco y la cantidad que quiere meter.
El hombre del saco es muy malo, porque atrapa a los niños que deambulan por la calle cuando deberían estar en casa haciendo los deberes, jugando con sus hermanos o, sencillamente, lavándose los dientes para ir a la cama. Todos le tenemos miedo al hombre del saco cuando somos pequeños y, para más inri, hay uno igual en todos los países del mundo.
Lo bueno es que el miedo se suele pasar cuando te haces adulto y descubres quién es realmente el hombre del saco; entiendes por qué existe y cuál es su máxima finalidad.
Yo sé que nunca encontraré ni explicación ni la cura a mis escalofríos, pero en mi mano está dejar de ver ese tipo de noticias o, en el mejor de los casos, no comportarme como una criatura.

lunes, 17 de octubre de 2011

El amor

Hacer deporte es complicadísimo. Y no hablo de un deporte cualquiera, sino de cualquier deporte. Me explico.
Yo he sido siempre muy perezosa para hacer deporte, mucho, por múltiples motivos, nunca se me acababan las excusas para no levantarme de la silla y echar a correr, por ejemplo. Echarme a andar ya ha sido más sencillo, porque yo con un buen calzado, me como las calles que haga falta, y si encima llevo música en mis oídos, soy lo que se llama una devora zapatillas.
Pues bien, para mi asombro, he aprovechado el cambio de barrio en la ciudad (me acabo de mudar) para apuntarme a un gimnasio.
Me he apuntado a un gimnasio, pero lo único que me interesa en estos momentos es la natación, ¡me he apuntado a natación!
No nado con una técnica perfecta, es más, yo la definiría incluso como bastante imperfecta, pero oye, me sienta de maravilla.
Como es de suponer, tampoco estoy en forma, por lo que a poco que me pego unos largos, me canso, supone un esfuerzo.
Sin embargo, soy súper feliz, voy allí, me ejercito, descubro que has de ir con cuidado si no quieres darle un manotazo al que va por tu mismo carril pero en sentido contrario, y me voy al vestuario de nuevo, con el espíritu relajado.
Me fastidia un poco tener que pasarme un cuarto de hora secándome el pelo, porque no quiero salir a la calle con el pelo mojado, pero lo demás, sin duda, lo compensa todo.
Es lo mismo que vivir en pareja, supongo que todos tenemos nuestras rarezas y arrastramos nuestras manías, pero lo demás, sin duda, lo compensa todo.

miércoles, 31 de agosto de 2011

POCOYO

Pocoyó es un tío simpático. Bueno, un niño simpático. Un algo simpático.
En mi época teníamos a Espinete, mi sobrino tiene a Pocoyó, un dibujo con aires a playmóbil que resulta cercano porque tiene una cara sencilla, limpia y extraordinariamente amable, dan ganas de ser Pocoyó.
Ayer le compré 3 entregas del coleccionable que en estos momentos hay en algunos quioscos (no en todos) de su vajilla.
Hay que ver lo increíblemente difícil que es ser padre. Yo no, yo soy tía y eso siempre es guay. Pero ser padre, aunque imagino que muy difícil tampoco debe de ser porque lo hace todo el mundo, sin duda que no es tarea liviana.
Veo cada día montones de pequeños llorosos, gritones y que se revuelven en el cochecito cual culebrillas porque les gustaría ser libres como el viento y, por motivos de logística, no pueden.
La hora de la comida no es menos entretenida que la del paseo, si no empiezan a aporrear el plato cual batería de ACDC, escupen la comida cuando encuentran una textura que no les resulta familiar.
¿Dormir por las noches? Buena suerte, amigo.

A mí me gusta más el mapa de Dora la exploradora (I’m the map, I’m the map…), que también es muy simpático y además te ayuda a encontrar el camino (ojalá tuviéramos un amigo así de adultos), pero cada uno que elija con qué quedarse embobado, eso es personal.

Por cierto, Pocoyo es una serie de creación española. Me gusta la idea de que los niños de medio mundo se queden embobados frente a la sonrisa de Pocoyó, made in Spain.

Y ahora que estoy acabando me pregunto por qué le pongo acento al dibujo si su nombre real no lo tiene, o al menos no aparece en todas partes… pues se lo pongo porque de no pronunciarlo así, lo pronunciaríamos llanamente [pocóyo] y me parece que sí ya no tiene tanta gracia, ¿verdad?

Os dejo con un capítulo de la serie, que no dura mucho, pero que si tienes más de 4 años y ningún niño a tu alrededor, se te puede hacer eterno :-D

viernes, 12 de agosto de 2011

Moves like Jagger

Hace mucho tiempo que no os recomiendo una canción, pero esta la he oído tantas veces últimamente que no puedo dejar de mostrárosla.

Si yo fuera Mick Jagger aún estaría partiéndome de la risa por los suelos, qué divertido, pero como no lo soy, mejor me pongo a bailar y disfrutamos todos de un fin de semana largo de verano.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Leer antes o después de dormir

Como a casi todo el mundo le pasará, exceptuando a los perfectos, hay cosas que sé hacer y hay otras muchas que no. Bueno, pues una de las que no sé por mucho empeño que le ponga es leer un libro en la cama, antes de dormir.
A mí siempre me ha gustado leer, por eso me metí en una carrera de letras, por eso he trabajado un altísimo porcentaje de mi vida laboral en el sector editorial (y sigo) y por eso en mi casa hay bastantes más libros que pares de zapatos.
Lo que no hago mucho es comprarme libros, sí, sé que hago mal, y más dedicándome como me dedico al sector. Pero es que me molesta muchísimo gastarme el dinero en un libro que no me guste. Lo odio sobremanera. Qué manera más tonta de tirar el dinero, porque ya es raro que puedas aprovechar un libro para nada más, qué ¿para calzar la mesa? Demasiado grandes, ¿para regalar? Patético. Debería existir la opción de devolver un libro si no te gustara… ah, perdón, que eso ya existe, se llaman bibliotecas y de ahí es de donde saco la mayoría de libros que leo.
De vez en cuando lo hecho de menos y voy y me compro alguno, Paul Auster, Marías, Rivas, alguno con garantías, pero sea de quien sea, antes de comprarlo tiene que pasar la prueba de la primera página. Yo siempre he pensado que un libro cuando es bueno, lo es de principio a fin. Puede flojear en alguna parte o puede ser extraordinariamente bueno solo en algunas partes, pero por lo general, quien escribe bien, lo hace en cada frase… por ello yo me leo el primer párrafo, si me engancha, leo las frases siguiente, y si cuando he acabado la página no puedo soltarlo de mis manos, se va a casa.
Y eso es lo que ha pasado con el nuevo de Javier Marías, Los enamoramientos, que me ha atrapado desde la primera palabra La.
Lo que ocurre es que no tengo mucho tiempo para leerlo, porque así como mucha gente aprovecha los minutos que pasa en vela previos al dulce sueño, yo no puedo. Soy marmota andante y tan pronto pongo mi cuerpo en la cama, me duermo. Puede parecer exagerado, pero no, si es hora de dormir, mi cuerpo es obediente como él solo. Me duermo. Así que intento aprovechar otros momentos perfectos para la lectura, pero no encuentro tantos…

sábado, 6 de agosto de 2011

Lo que yo no te diga

Las aventuras y desventuras de mi modista no tienen precio.
Aparentemente es una señora mayor (bueno, no tan mayor, sus cerca de sesenta sí tendrá, que es una edad muy indefinida) con hijos en edad casadera o casados y con un marido al que le esconde las cosas, o mucho peor, los problemas.
Cuando fui a su casa a ‘probarme’ –maravillosa acepción del verbo probar– me hizo descansar un instante antes de hacerlo, porque el calor obligaba. Ese instante lo aprovechó ella cual paciente de sicoanalista sentado en el diván, hasta el último minuto.
Me contó problemas de su familia, en concreto el enfado de uno de sus hijos (es evidente que quien se ha enfadado de verdad es la nuera) y cómo pensaba solucionarlo.
Lo chocante de la solución es que implicaba dos secretos, no decirle nada a su hijo (el enfadado) y no decirle nada a su marido (no se vaya a llevar un disgusto).
Me muero de ganas de ir a la prueba final la semana que viene para ver qué ha pasado, pues sé que este fin de semana habría una ‘no tan casual’ reunión familiar y en ese tipo de reuniones puede pasar de todo.
Qué equivocada anda la gente si no va con la verdad por delante, qué craso error el de ir escondiendo lo que se piensa, lo que parece y lo que dejamos de creer. Yo, lejos de decirle a nadie lo que tiene que hacer, recomendaría no entrar en el juego, porque una vez se empieza, dudo que se pueda salir muy airoso. Ya veréis.

sábado, 23 de julio de 2011

GRITAR

Una vez dije en clase de inglés que yo prohibiría que la gente gritase. Nadie compartía mi opinión y aunque generó bastante debate, quedó en poco menos que nada. Todo el mundo prohibía cosas ‘prohibibles’ y cuando yo dije ‘la gente que grita demasiado’ todos me miraron raro. No supe encontrar buen argumento, pero hace apenas unos días lo encontré.
Volvía yo en el tren, también llamado AVE, tan apaciblemente de Zaragoza cuando a una señora se le ocurrió llamar por teléfono a un amigo.
Me alegro sobremanera de que la señora tenga amistades, no hay nada mejor en el mundo, pero ¿qué derecho tenía ella a molestarnos el relajado momento a todos los pasajeros y a mí?
Que le vaya genial el crucero que la llevará de Barcelona a Algeciras, de allí a Túnez y de Túnez a Dubrovnik. Repitió el recorrido tres veces, imagino que a causa de la sordera del amigo, Miguel, por cierto, porque la mujer lo expresaba todo con suficiente volumen y claridad.
Que le aproveche el crucero y, si hay suerte, se quede allí y no nos moleste más. He dicho.

martes, 5 de julio de 2011

Christopher

Predije que iba a llegar pronto y ya lo tengo aquí, la novedad del verano. Se llama Chris o Christopher, como prefiramos, y todos preferimos Chris aunque en otras circunstancias yo hubiera preferido Christopher, sin dudarlo.
Es mi nuevo profesor de inglés.
Por esa pasión que me caracteriza respecto a los idiomas, estoy empeñada en mejorar mi inglés todo lo que pueda y por ello me he apuntado a un cursillo intensivo de verano.
El curso de mi nivel no salió en la escuela que me interesaba y aunque a punto estuve de tirar la toalla… sobre la arena cada tarde, me di una vuelta por el barrio y allí la encontré. Una academia pequeña, con apenas 6 o 7 aulas, pero con mucho aspecto de academia y como el ambiente me atrapó y las sonrisas que allí vi, también, me apunté. Menos horas de las que me hubiera gustado para un intensivo, pero bien.
El primer día de clase, ayer, fue un día de presentación y contacto con los que éramos nuevos, y prueba de nivel para afirmarnos o reubicarnos en el nivel correspondiente.
Salí encantada con el profesor de mi nivel. Agradable, divertido, good-looking, no podía pedir más, la verdad; bueno sí, que me mantuvieran en ese nivel.
Y hurra, así ha sido. Hoy primer día de clase normal: alumnos cuatro chicos y dos chicas y él. Una maravilla, hemos encajado todos a la first, y además, nos lo vamos a pasar en grande porque las carcajadas que se han oído hoy en clase me parece que se repetirán muy a menudo, todos hemos coincidido al salir de clase, y hemos salido de allí porque nos han echado los de la clase siguiente, si no, allí que estábamos todavía contando nuestras vidas en inglés.
Así da gusto estudiar idiomas, bueno, idiomas y todo, si no dais crédito, poned unas risas en vuestra vida cuando la cosa se ponga seria y ya veréis qué bien.

viernes, 1 de julio de 2011

Coming soon

Hola amigos,
Lo sé, os tengo muy abandonados, pero por motivos ajenos a mi voluntad. Se me van las horas en menesteres diversos y variados y no paro frente al ordenador (personal) apenas nada, pero ya he decidido ponerle remedio. Si uno se organiza bien, suele haber tiempo para todo. El verano no me gusta, así que no prometo entradas muy divertidas, pero entre caña y tapa, algo ocurrirá que os pueda contar.
Gracias por seguir ahí y a disfrutar del verano.
Jo, llevo media hora intentando encontrar una canción que poneros para amenizaros el momento y no la encuentro, venga, coming soon!

sábado, 4 de junio de 2011

Humo

Diálogo escuchado una mañana de sábado temprano entre un niño y una madre:

- ...mmmmm, mamá, ¡¡¡qué bien huele!!!
- La butifarra, ¿verdad?
- No, el humo.

No sé qué cara ha puesto la madre porque yo iba de camino al mercado y ya los había cruzado cuando el niño ha comentado sus preferencias, pero yo me he sonreído mucho porque corrobora una de las verdades más universales del mundo: que los niños tienen una espontaneidad maravillosa.
La escena tenía lugar en la plaza que hay frente al mercado que tengo muy cerca de casa. Este fin de semana son las fiestas del barrio y entre las múltiples actividades que proponen los organizadores, celebran una butifarrada popular, qué gran idea, la gente acude en masa, me consta. Por eso he ido a comprar antes de lo que habitúo.
Lo que se olía en la plaza en ese momento era, en efecto, las brasas para hacer las butifarras y resulta cuanto menos curioso observar que mientras el subconsciente de la madre ya estaba pensando en el resultado, el niño seguía disfrutando de la realidad.

sábado, 30 de abril de 2011

Miserables

Explicaba Alvy Singer a Annie Hall hace ya algún tiempo que la vida está divida entre lo horrible y lo miserable. Lo horrible es todo aquel que padece alguna enfermedad incurable y lo miserable, todos los demás. Tal vez exageraba un poco Alvy al aplicar los adjetivos, pero no andaba muy desencaminado al pensar que en la vida hay pocos tipos de personas.
Uno de los que me llama más poderosamente la atención es el formado por las personas con una mirada triste.
Una vez se me ocurrió decirle, será por la sinceridad que me caracteriza, a un ex algo, que tenía una mirada triste y que con los ojos azules tan bonitos que tenía era una pena y, oye, le marcó. Cuando años después nos volvimos a reencontrar por casualidad, fue una de las primeras cosas que me explicó, que nunca había podido dejar de pensar en lo que yo le había dicho, que tenía una mirada triste… apuesto a que la sigue teniendo.
Es curioso, pero hay personas así. Yo las veo sobre todo en el metro, fijaos si alguna vez tenéis ocasión de viajar en un transporte público. La gente relaja su cara, creen que nadie les ve, y entonces ofrecen su mirada tal como es, triste.
No quiero que lo confundáis con las personas que por motivos diversos están tristes. No me refiero a semblantes tristes, me refiero a miradas tristes, a caídas de ojos que irremediablemente están dirigidas hacia abajo. Un pena, la tristeza no debería instalarse en la cara de nadie de manera tan perenne, porque esas personas, aunque estén de lo más feliz, seguirán teniendo una caída de ojos preciosa, pero triste. Y lo peor de todo es que muchas de ellas, a día de hoy lo ignoran.
Por cierto, hoy he ido al cine a ver Inside job y, chicos, eso sí es una pandilla de miserables y no lo que decía Alvy Singer...

viernes, 22 de abril de 2011

Pasión (II)

Empieza a parecerme sospechoso que todas y cada una de las Semanas Santas de los últimos tiempos, haya llovido. Como bien sabéis porque sois chicos sabios, la Semana Santa cae en una fecha o en otra porque las lunas que son muy caprichosas salen a rebosar un día y no otro antes o después de tal día de aquel mes… pues bien, eso hace que año tras año, la Semana Santa pueda caer a mediados de marzo, a finales de marzo, a comienzos de abril o, como ha ocurrido este año 2011, a finales de abril. Como muchas otras cosas en la vida, dependen de la luna.
A mí me llama la atención la Semana Santa en España porque es puro espectáculo, que para quien se lo crea, está francamente bien y para quien no, también, porque como os he dicho, es un magno espectáculo todo lo que se genera en torno al evento.
Yo de dicha tradición solo sigo eso de no comer carne algunos días, porque lo hacía con mucho fervor mi abuela y como a mí el pescado me encanta, pues digamos que no me cuesta mucho trabajo.
Lo que me resulta francamente fascinante es ver que año tras año desde hace unos pocos, siempre llueve. Caiga en la fecha que caiga, decenas de procesiones se quedan sin salir porque llueve a mares en sus ciudades. Vamos, digo yo que algún año les podía hacer bueno para salir con todo su esplendor… pues no, destinados están a hacer penitencia de la buena porque después de tanto esfuerzo, ensayos, entrenamientos y dinero invertido, no pueden salir y tienen que guardarse su pasión para el próximo año.
Yo me lo apunto y lo voy a seguir observando en años venideros, pero sepa el señor del tiempo, que aquí ya nos hemos dado cuenta de que no le gusta mucho la Semana Santa, ya le hemos calado.
A mí la lluvia sí me gusta, sí, aunque chafar planes a cielo descubierto, los chafa como ninguna, pero será por el motivo que sea, que ya os explicaré en otro momento, a mí me gusta. Feliz Semana Santa tengáis.

domingo, 10 de abril de 2011

Pasión

Sabía yo que eso de estudiar y trabajar al mismo tiempo era duro. Nunca lo hice en mis tiempos de estudiante, pero una vez pasas al mundo del currante, no te queda otra. Y cuando me decidí a hacer este máster, en Gestión Integrada de Proyectos por cierto, me imaginé que iba a ser duro, pero no tanto. No dormir más de 6 horas seguidas ni una noche en muchos meses no se me ha hecho fácil y trabajos y más trabajos y en grupo e individuales y aquí y allá y proyectos y gestión. Tremendo.

¿Ha valido la pena? Me preguntaban hace unos días. Sin duda sí, te dejas mucho dinero y esfuerzo, pero vale vale, y mucho más teniendo en cuenta los cambios que se me avecinan en el terreno laboral. Acerté.

Y ya ha acabado. Sin resultados, todavía. Las evaluaciones, salvo en el examen del carnet de conducir no se suelen saber con mucha celeridad, por lo que como paciente que soy, esperaré tranquilamente 2 o 3 meses a saber en qué queda la cosa, confío en que quede bien.

Ahora lo que toca es unos días de amplias celebraciones (tengo mucho que celebrar ahora, chicos…) y en seguida volver al trabajo con la mayor de las energías y, por supuesto, de las pasiones.

Os dejo con una de las buenas canciones de Scorpions, que no habla de las mismas pasiones que hablaba yo (¿o sí? :-D ) pero que viene a decir lo mismo. En esta vida, o te mueves por pasión, o no avanzas.

lunes, 7 de marzo de 2011

Carnaval

Si a un vagón de metro suben un policía, un cura y un mecánico, puede ser un día cualquiera, pero si a ese mismo vagón se suben una cabaretera, un gato que mida metro ochenta, un hombre de cromañón y una niña con vestido de faralaes, es que estamos en carnaval.
Bueno, me pregunto si en Andalucía las niñas también se pondrán vestidos de faralaes como disfraz. Apuesto a que no. Y también apuesto a que los curas no irán vestidos de curas en el metro porque sea carnaval…
Hacía tiempo que no os escribía y me pareció esta una reflexión curiosa para retomar mi relación bloggera.
No voy menos agobiada que meses atrás, de hecho, estoy en la recta final del master que por varios meses se ha apoderado de mí, pero os echaba de menos y quería comentaros algo sobre Carnaval.
A mí me gusta pensar en Carnaval como se debía pensar desde que se inventó. Como unos días de excesos máximos, descontrol y lujuria para desinhibirse lo máximo posible antes de entrar en los recatadísimos y austeros días de Cuaresma. De ahí provienen los disfraces, la máscara que nos permite desinhibirnos todo lo que queramos sin miedo a ser reconocidos.
Yo, por si acaso, y como soy muy prudente, intento dosificar los excesos, para que, por supuesto, siempre haya alguno en mi vida, y que inmediatamente después pueda ser compensado por otro acto austero. Dicen que en el punto medio está la virtud…

miércoles, 9 de febrero de 2011

Letargo

Hola a todos,
Como cada invierno les pasa a muchos animales, este año me ha tocado a mí. Y aunque se trate de una de mis estaciones preferidas (nunca por encima de su predecesora, el otoño), este invierno estoy demasiado inactiva en mi blog.
Sabía yo que estudiar un master ocupaba mucho de tu tiempo libre, pero hasta que no se mete uno en él, no sabe cuánto.
Os pido disculpas por este letargo, porque además de dejaros sin una nimia fuente de reflexiones, me dejo a mí misma sin lugar para dar rienda suelta a todos los renglones que uno tras otro acuden a mi cabeza sin ocasión de hacerse realidad.
Prometo apuntar las mejores ideas en una servilleta y a la mínima que tenga un minuto, os las cuento.
Gracias a todos por esperar y, por supuesto, os dejo con una buena melodía, no creo que sea la versión que más os guste, pero como es mi blog y es mi letargo, me quedo con una que ahora mismo me parece bastante original :-D
Nos vemos.


sábado, 15 de enero de 2011

Alcohol

Cuando se cumplen dos semanas de la entrada en vigor de la ley antitabaco en España, los que me conocéis esperáis como agua de mayo que escriba sobre la misma, pero estoy tan estupefacta con los beneficiosos efectos de la ley sobre el olor de mi ropa que de momento, os hablaré de otros temas. El alcohol, por ejemplo.
El alcohol es francamente malo. Ya sé que estáis cansados de oír y de leer que mucho alcohol en tus venas (por más que se jactara Ramoncín) no trae nada bueno ni para tu hígado ni, por motivos que a continuación os explicaré, para tu cabeza. Pero vale la pena repetirlo, os lo aseguro.
Estaba yo la otra tarde tosiendo como una loca en la consulta del médico (me encuentro algo mejor, gracias), cuando a nuestro lado se paseaba arriba y abajo una chica que apretaba su cabeza con ambas manos, daba la impresión de que le iba a estallar y si esa era la impresión que nos daba a nosotros, no quiero ni pensar qué impresión le daba a ella.
La muchacha se sentó algo más allá, al lado de otra, a la que por lo que se ve no le dolía nada. La otra sacó su teléfono móvil del bolso e hizo una llamada. Gracias a la mitad de esa llamada (la de la chica acompañante) todos nos enteramos de qué le había pasado. Estando de fiesta, ella y un grupo de amigos habían bebido más de la cuenta, demasiado probablemente, y cuando regresaban a casa, la chica se había resbalado y se había caído de espaldas golpeando su cabeza contra el suelo. Quiero pensar que su trasero llegó al suelo antes que su cabeza o un brazo o un hombro, porque de llegar primero la cabeza, a buen seguro que la hubiéramos visto bien vestida y rodeada de flores en horizontal, pero como estaba allí, quise pensar en positivo.
Una pequeña recomendación: si bebes, ni conduzcas, ni hagas estupideces, porque te puede ocurrir algo soberanamente estúpido, en el mejor de los casos.
Pero como todos sabéis que siempre intento ver la versión más positiva de las cosas, os dejo con una imagen más optimista del alcohol. Imaginaos esta otra estampa: de fondo música suave, una botella de vino, luz de unas velas y una manta… no me negareis que es ideal. Aisssss, el invierno es lo que tiene, a menudo apetece taparse con una manta, ¿verdad?

domingo, 2 de enero de 2011

Página en blanco

El mayor miedo de todo escritor es el de enfrentarse a una página en blanco. Da miedo e incluso pavor el situarse frente a un espacio en blanco en el que se supone que has de verter ingeniosas o ilustradas ideas y ese miedo se multiplica si encima te pagan por ello.
Pero cuando suelto esta verdad, me viene de inmediato a la cabeza un buen amigo coleccionista de cervezas del mundo que me ha repetido más de una y de dos veces lo importante que es la labor de investigación previa a ese momento. Como decía aquel… si viene la inspiración que me pille trabajando, ¿verdad?
Pues algo parecido me ha venido esta mañana a la cabeza cuando en uno de los vídeos que veo en inglés por aquello de practicar los idiomas explicaban qué tenemos que hacer este nuevo año 2011 para tener éxito económico. La locutora del vídeo, con una sorprendente voz bastante desafinada pero muy entusiasta, nos explicaba que para alcanzar unos buenos propósitos financieros para 2011 (reducir nuestra deuda, ahorrar más y gastar menos) solo tenemos que seguir tres (me temo que no muy sencillas) reglas: tener un objetivo realista (en la cantidad y en el tiempo), escribir nuestro plan para llevarlo a cabo y, por último, usar la cabeza y no el corazón, a la hora de actuar.
No sé si parece sencillo o complicado, pero yo por lo menos, me pongo a ello sin dilación, que el año en el que entramos no se avecina fácil en términos económicos, pero sé que si nos enfrentamos con una buena actitud, puede que resulte un poco mejor.

Archivo del blog

Datos personales