domingo, 15 de julio de 2012

Neg-ocio

Acabo de enterarme de que el Cine Renoir Les Corts de Barcelona está cerrado. Esta mañana he ido a averiguar qué películas teníamos disponibles para ir este fin de semana y mi sorpresa ha sido mayúscula al descubrir que uno de los dos Renoir que había en Barcelona ya no está.
Ignoro si está de reformas (era ya algo vetusto) o si la crisis ha hecho tanta mella que los dueños se han visto ‘obligados’ a cerrar sus puertas.
Desde que me fui a vivir a la otra punta de la ciudad, no he vuelto con mucha frecuencia, pero si para mí la evolución lógica de aquel cine hubiera sido una remodelación de las salas, no entiendo qué ha hecho que mi cine de más de media vida, haya cerrado las puertas.
Por otro lado, y tras escuchar las noticias de esta mañana en las que la palabra más repetida ha sido ‘recortes’, no me extrañaría nada que las cuentas no le hayan salido al señor dueño de los Renoir y no haya podido hacer frente al futuro del negocio.
Porque para muchos, la cultura es un negocio. Música, cine, literatura, teatro, pintura y más, son una forma, como otra cualquiera de ganar dinero. Pero para mí no.
Ganar dinero, mucho o poco, se convierte en imprescindible para vivir en el momento en el que entramos en la rueda de la sociedad consumista actual, pero la cultura no puede estar incluida en esa rueda, porque no nace de la necesidad de comer, la cultura nace de la necesidad de expresarse. La explotación de la misma, es sin duda otro tema.

1 comentario:

  1. Desgraciadament els Renoirs Les Corts han abaixat les persianes per sempre! No els hi sortien els números, deien. No sé com estaven els números, però sí sé que el cinema a Barcelona va de capa caiguda. Almenys els cine en versió original, que és el que jo vaig a veure. Els Méliès i el Maldà estan semi-abandonats i en algunes sessions dels Verdi, dels Renoir Flordidablanca i dels Icària hi ha quatre gats. Potser és la crisi, potser és una nova manera de veure cinema (des de casa, des del ordinador, des del mòbil), potser és un canvi de paradigma, però per tots aquells que estimem el cine i hi anem amb freqüència, cada vegada que veiem que tanca una sala és com si s'apagués un llum i l'obscuritat anés guanyant terreny a la vida...

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