sábado, 20 de octubre de 2012

El padre de la niña del tren

Como ya sabéis, yo voy cada día a trabajar en tren, concretamente en metro y tren. Bien, pues hace unas pocas mañanas muy cerca de mí iba sentado un chico relativamente joven (en esa franja de edad en la que no sabes si estamos hablando de 35, de 40 o de 45) con una niña de unos 5 años en al asiento de al lado.

 
La niña iba medio dormida y como aquel que no acaba de encontrar la postura en la cama, ella no acababa de encontrar su hueco entre su asiento y las piernas del padre. Yo presupuse que era el padre porque para ser su hermano era demasiado mayor y para ser su tío, vecino, tutor, o mil opciones más, siempre hay tiempo. La verdad no la sé.

 
Lo que me llamó la atención del caso es el cariño con el que el padre acariciaba a la niña, la subía en sus piernas para hacerle caballito y le explicaba al oído por qué tanta gente subía o bajaba en cada estación.

 
Me llenó de ternura ese gesto. Me gustó pensar que hay padres que tienen tiempo (u oportunidad, pero la aprovechan) para estar con sus hijos pequeños, y que probablemente lo harán cuando sean mayores. Me gusta pensar que los niños no molestan a sus padres y que cada día, se pueden dar muchas escenas así.

 
Yo me bajé en mi parada y ellos continuaron. Y al salir del tren, inevitablemente empecé a pensar en mi propio padre, sin duda, una de las personas más maravillosas que conozco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta:

Archivo del blog

Datos personales