sábado, 12 de diciembre de 2009

Maquillaje (II)

Ya puedo ir sin maquillaje os comentaba hace unos días. No estoy segura de si esta afirmación es completamente cierta, pero sí lo estoy de que cada vez lo es más.
Me refiero al maquillaje que suponen las máscaras que le ponemos a nuestra personalidad o, lo que puede ser peor, a nuestra mente.
Pocas personas se pueden jactar de ser naturales como una fruta recién cogida del árbol (si es que de los árboles las frutan brotan naturalmente).
Si no es miedo al qué dirán, son las ganas de ofrecer una imagen edulcorada de nosotros mismos en una primera cita o entrevista de trabajo (de mi predilección por comparar novios y trabajos os hablaré más adelante, promete ser un tema divertido).
Volviendo al tema de los maquillajes, debo reconocer que a medida que pasan los años me siento mucho más libre para ser como soy, para no llevar máscara, y eso que nunca he sido como no soy, pero más de una vez he tenido que acicalar mis pensamientos con una buena base de maquillaje, justo lo que nunca he hecho con mi cara.
¿Será acaso que ambos tipos de maquillaje se van a intercambiar felizmente en mi persona? Espero que no, confío en que cada uno evolucione en el sentido que deba hacerlo, pero de manera independiente.
Pero qué digo, por favor, dejad que rectifique mis palabras, no confío en nada, sino que ¡estoy segura! Ya sé que solo depende de mí.

1 comentario:

  1. Vaya Pilar, estoy contigo en la capacidad que nos dan los años en deshacernos de ese tipo de maquillaje y disfrutarlo como eso... como llevar la cara limpia... Si para eso nos sirve hacernos mayores, ¡viva crecer! Aunque eso sí, me quedo con un poco de mi inocencia infantil :)

    Besotes maca, me alegro mucho de tu evolución :D

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