El señor Auster, además de ser uno de los hombres con los ojos más llamativos que conozco, es uno de esos escritores que todo buen amante de la lectura debe haber leído antes de que se muera (el escritor, claro está, si no ya no hay mucho remedio).
Digo esto porque hace poco murió un gran escritor y me apenó mucho no haber leído nunca nada de él.
Yo he leído muchos libros en mi vida, de autores vivos y también de otras épocas, pero tengo una asignatura pendiente y no es otra que la de leer a algunos grandes escritores coetáneos míos en este momento, pero que pueden dejar de serlo.
Y no quiero decir que Paul Auster esté a punto de morirse, más bien al contrario (aunque en este punto me gustaría añadir que todos somos susceptibles de morirnos en cualquier momento, en tanto en cuanto el principal requisito para morirse [que es estar vivo] lo cumplimos).
Pero no pensemos ahora en eso y volvamos a Paul Auster.
Acabo de leer La trilogía de Nueva York. Es un libro compuesto por tres historias detectivescas muy sutilmente relacionadas entre sí.
Al principio me sorprendió que me gustara la trama y comenzara a notar una sana dependencia de su lectura, -es que las historias de detectives nunca han sido mis predilectas-, pero con el paso de las hojas me di cuenta de que estaba completamente atrapada.
No os contaré ninguna de las tres historias, porque si os apetece, podéis leerlo, os invito a ello, está muy bien escrito: no siempre es fácil, pero siempre es bueno.
Por mi parte, dos objetivos cumplidos: he pasado un buen rato leyendo el libro y nunca jamás podré decir que no he leído nada de Paul Auster.
Blog creado para compartir ideas, sentimientos, realidades... todo aquello que haga sentirnos mejor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Archivo del blog
-
►
2016
(10)
- ► octubre 2016 (2)
- ► septiembre 2016 (1)
- ► abril 2016 (2)
- ► marzo 2016 (4)
-
►
2015
(10)
- ► octubre 2015 (2)
- ► septiembre 2015 (2)
- ► agosto 2015 (1)
- ► julio 2015 (2)
- ► marzo 2015 (2)
- ► enero 2015 (1)
-
►
2014
(16)
- ► diciembre 2014 (2)
- ► noviembre 2014 (1)
- ► septiembre 2014 (1)
- ► agosto 2014 (2)
- ► julio 2014 (1)
- ► junio 2014 (1)
- ► abril 2014 (3)
- ► febrero 2014 (2)
- ► enero 2014 (2)
-
►
2013
(31)
- ► diciembre 2013 (2)
- ► noviembre 2013 (2)
- ► octubre 2013 (1)
- ► septiembre 2013 (3)
- ► agosto 2013 (1)
- ► julio 2013 (2)
- ► junio 2013 (3)
- ► abril 2013 (3)
- ► marzo 2013 (5)
- ► febrero 2013 (6)
- ► enero 2013 (1)
-
►
2012
(20)
- ► diciembre 2012 (1)
- ► noviembre 2012 (3)
- ► octubre 2012 (4)
- ► septiembre 2012 (2)
- ► julio 2012 (2)
- ► junio 2012 (2)
- ► abril 2012 (1)
- ► marzo 2012 (2)
- ► febrero 2012 (1)
- ► enero 2012 (2)
-
►
2011
(18)
- ► diciembre 2011 (2)
- ► octubre 2011 (1)
- ► agosto 2011 (4)
- ► julio 2011 (3)
- ► junio 2011 (1)
- ► abril 2011 (3)
- ► marzo 2011 (1)
- ► febrero 2011 (1)
- ► enero 2011 (2)
-
►
2010
(51)
- ► diciembre 2010 (2)
- ► noviembre 2010 (3)
- ► octubre 2010 (2)
- ► septiembre 2010 (4)
- ► agosto 2010 (4)
- ► julio 2010 (5)
- ► junio 2010 (5)
- ► abril 2010 (7)
- ► marzo 2010 (5)
- ► febrero 2010 (4)
- ► enero 2010 (5)
-
▼
2009
(38)
- ▼ diciembre 2009 (6)
- ► noviembre 2009 (6)
- ► octubre 2009 (8)
- ► septiembre 2009 (11)
- ► agosto 2009 (7)
Hola.
ResponderEliminarSi, tienes razon, al leer tus lineas me llego a la memoria un libro suyo... Leviatan, que lo lei hace ya algunos años, y pronto volvere a disfrutarlo otra vez.
Animo con los frios
Hola Anónimo,
ResponderEliminarMuchas gracias por tu sugerencia, tomo nota, no conozco mucho la obra de Auster, pero visto que me ha enganchado un libro, me pueden enganchar más.
Por otro lado, gracias por tus ánimos, pero si mi estado de ánimo suele ser generalmente bueno, te aseguro que cuando tengo que ponerme guantes, bufanda y gorro alcanza niveles positivos desorbitados. Adoro el frío, por raro que parezca.
Claro que no sé desde donde me escribes. Aquí en Barcelona no se puede llamar frío frío... aquí nos entra frío solo de ver los 18 bajo cero de Guadalajara...
De nuevo, gracias por tu aportación y un saludo,
Magnet Woman