miércoles, 30 de septiembre de 2009

La niña que lloraba

Ayer iba yo caminando por la calle, por una de las pocas calles tranquilas de mi barrio, cuando a lo lejos divisé que venían por la misma acera que yo, pero en sentido contrario (es decir, hacia mí) un padre y una niña que no debía de pasar de los 8 o 9 años, era algo tarde, quizá cerca de las 8. Ya desde lejos advertí que la niña iba llorando. Lo primero que pensé, pues los que me conocen saben que intento ser positiva, fue que era la típica rabieta de niño, de esas de ‘ah, no me has comprado los chuches, buaaa buaaaa’ y sonreí. Pero a medida que nos acercábamos empecé a escuchar algo de la conversación:

—buaaaa buaaaaa
—No llores, no llores, es que no he podido.
—buaaa buaaa. No pudiste cuando la plaza (…) (… esto no lo oí, mecachis) ni cuando la plaza de la Concordia.
—Es que no he podido ir…

Y justo en ese momento nos cruzamos, y justo en ese preciso instante la niña, con un llanto desgarrador le soltó casi gritando ‘NUNCA PUEDES VENIR A NADA’. Me heló el corazón. Era claro que la niña asistía a algún tipo de actividad extraescolar que tenía lugar en distintos emplazamientos y que su padre nunca podía ir a verla. No haré juicios de valor de nadie porque no sé nada de sus circunstancias. Sólo sé que ayer esa niña consiguió generar en mí una profunda reflexión social.

3 comentarios:

  1. Te entiendo perfectamente, tengo una hija pequeña y es tremendo el nivel de chantaje emocional que llega a ejercer.

    Nos matamos 12 horas diarias para darle todos los caprichos y no hace mas que pedir la pequeña vampira.

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  2. Una pena... a veces creo que deberiamos optar a sacarnos el carnet de padre / madre antes de traer alguna criatura inocente a este puñetero mundo...
    Ala maña, sique con tus cosas.

    PD: Me gustaba tu caricatura... pero si el cambio te gusta a tí, adelante con ello y con todo lo que se te ponga en el camino.

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  3. Agotada, mujer, no te desesperes, tu niña tiene una edad difícil... ¿vampira? Anda, no exageres, que también te dará momentos inolvidables...

    Anónimo, si el propio carnet de conducir se le da a todo el que aprueba el examen, pues imagínate esto... no hay remedio.

    Eso sí, siempre he pensado que los padres juegan con una ligera ventaja respecto a los hijos: los padres en algún momento han sido hijos, pero los hijos nunca han sido padres.

    Por cierto, Agotada, a ver si puedes descansar el fin de semana un poquito más.

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