Ayer vi una interesante entrevista al neurólogo Álvaro
Pascual-Leone en la que hablaba de la dificultad del ser humano para tomar
decisiones, lo mucho que influyen nuestros miedos al cambio, el miedo al
fracaso o el sencillamente no saber lo que queremos. Habló de lo irracional del
cerebro humano, algo que me llamó poderosamente la atención, pero que entendí
cuando puso varios ejemplos de cosas que el cerebro cree de una determinada
manera cuando en realidad no lo son (dos pedazos de tortilla iguales puestos
uno en un plato grande y otro en un plato pequeño, el segundo nos parecerá
siempre más grande, pero en realidad es igual que el otro).
Menuda bofetada de humildad recibí. Acaso cuando crea que
algo es como yo creo que es, quepa la posibilidad de que no lo sea.
Hace tiempo os colgué una canción de Julieta Venegas, Sería feliz, que esta semana ha vuelto a mi mente porque la cantante
estadounidense/mexicana ha pasado por España para dar algunos conciertos.
Conste que no he asistido a ninguno porque no me gusta tanto, pero la canción
sí.
La canción tiene un tono triste, lo reconozco, aunque
muy coherente. Sería feliz es condicional, si pudiera, si tuviera… me gusta
para una canción, pero no para mi yo ni para mi ahora. No quiero pensar en
condicional, prefiero pensar en presente o, como mucho, en futuro de indicativo, me resulta
bastante más práctico y útil para mi vida cotidiana, aun contando con una cerebro irracional.
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