miércoles, 9 de junio de 2010

Fiumicino

Fiumicino, 30-5-2010. Así comienza mi última libreta de viajes.
Tal vez no sepáis que soy muy amiga de las libretas. Siempre tengo alguna cerca, en el trabajo, varias, y en mis viajes, también. No las he tenido siempre. Empezaron en el viaje a Nueva York. Probablemente pensé que era un viaje lo suficientemente importante como para plasmar algunas ideas por escrito, y así fue.
La última la compré en el viaje de vuelta de Roma. En el aeropuerto de Fiumicino. Siempre llego con mucho tiempo de antelación, aunque no facture las maletas, soy algo agonías para los aeropuertos, así que siempre me sobra tiempo para pasear, para observar, para recordar, para pensar o incluso para comer y comprar algo. Y eso fue lo que hice en Fiumicino. Comí algo y me fui a dar una vuelta por todas las puertas de embarque, me divierte mucho imaginar a todas las personas ahora en Roma y en unas horas en Munich, París, Madrid o cualquier otro destino. Y lo que nunca me suele interesar de un aeropuerto son las tiendas, será porque tampoco me suelen interesar fuera de los aeropuertos, pero una llamó mi atención, vendían papeles en diversos formatos. La calidad del papel es famosa en Italia, así que entré a echar un vistazo. Y me llamó la atención una libreta negra, muy bonita, de tapa dura y elegante tacto, pero el interior no me gustaba tanto, las rayas nunca han sido mi fuerte, así que me la quedé cuadriculada, pero en otro color. Y fui a sentarme cerca de mi puerta de embarque.
Y empecé a escribir mis sensaciones en aquel momento y las últimas horas del viaje, pues las experiencias de los días anteriores estaban en otra libreta.
Me tomé el final de ese viaje tan mágico como el principio de algo, de la libreta en primer lugar. Me gusta pensar que el final de una experiencia puede ser el principio de otra, tal vez mejor, por qué no.
Pero cuando levanté el bolígrafo de la libreta y me dirigí hacia la puerta de embarqué descubrí que habían cambiado la puerta de mi vuelo. ¡Tenía que recorrer medio aeropuerto! Eché a correr lo más rápido que pude y llegué cuando entraban los últimos pasajeros. Uf… llegué.

4 comentarios:

  1. Hola Pilar. Me encanta como escribes y prometo estar atento a tus libretas de viajes. Xosé Miguel

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  2. Hola Xosé Miguel,

    Sieeeempre es un placer tenerte cerca, aunque sea virtualmente :-)

    Bienvenido a mi blog.

    Gracias por el cumplido, todo empezó por un motivo u otro hace unos meses y aquí sigo, tan feliz.

    Boas noites

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  3. A mi me paso lo mismo con la puerta de embarque, jeje... y precisamente en Roma!!! Espero que hayas pasado unos dias geniales.

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  4. Hola Noe,

    Pues vaya, a ver si va a ser cosa de Fiumicino... y sí, pasé unos días increíbles. Qué grande es Roma, en todos los sentidos...

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