Fiumicino, 30-5-2010. Así comienza mi última libreta de viajes.
Tal vez no sepáis que soy muy amiga de las libretas. Siempre tengo alguna cerca, en el trabajo, varias, y en mis viajes, también. No las he tenido siempre. Empezaron en el viaje a Nueva York. Probablemente pensé que era un viaje lo suficientemente importante como para plasmar algunas ideas por escrito, y así fue.
La última la compré en el viaje de vuelta de Roma. En el aeropuerto de Fiumicino. Siempre llego con mucho tiempo de antelación, aunque no facture las maletas, soy algo agonías para los aeropuertos, así que siempre me sobra tiempo para pasear, para observar, para recordar, para pensar o incluso para comer y comprar algo. Y eso fue lo que hice en Fiumicino. Comí algo y me fui a dar una vuelta por todas las puertas de embarque, me divierte mucho imaginar a todas las personas ahora en Roma y en unas horas en Munich, París, Madrid o cualquier otro destino. Y lo que nunca me suele interesar de un aeropuerto son las tiendas, será porque tampoco me suelen interesar fuera de los aeropuertos, pero una llamó mi atención, vendían papeles en diversos formatos. La calidad del papel es famosa en Italia, así que entré a echar un vistazo. Y me llamó la atención una libreta negra, muy bonita, de tapa dura y elegante tacto, pero el interior no me gustaba tanto, las rayas nunca han sido mi fuerte, así que me la quedé cuadriculada, pero en otro color. Y fui a sentarme cerca de mi puerta de embarque.
Y empecé a escribir mis sensaciones en aquel momento y las últimas horas del viaje, pues las experiencias de los días anteriores estaban en otra libreta.
Me tomé el final de ese viaje tan mágico como el principio de algo, de la libreta en primer lugar. Me gusta pensar que el final de una experiencia puede ser el principio de otra, tal vez mejor, por qué no.
Pero cuando levanté el bolígrafo de la libreta y me dirigí hacia la puerta de embarqué descubrí que habían cambiado la puerta de mi vuelo. ¡Tenía que recorrer medio aeropuerto! Eché a correr lo más rápido que pude y llegué cuando entraban los últimos pasajeros. Uf… llegué.
Blog creado para compartir ideas, sentimientos, realidades... todo aquello que haga sentirnos mejor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Archivo del blog
-
►
2016
(10)
- ► octubre 2016 (2)
- ► septiembre 2016 (1)
- ► abril 2016 (2)
- ► marzo 2016 (4)
-
►
2015
(10)
- ► octubre 2015 (2)
- ► septiembre 2015 (2)
- ► agosto 2015 (1)
- ► julio 2015 (2)
- ► marzo 2015 (2)
- ► enero 2015 (1)
-
►
2014
(16)
- ► diciembre 2014 (2)
- ► noviembre 2014 (1)
- ► septiembre 2014 (1)
- ► agosto 2014 (2)
- ► julio 2014 (1)
- ► junio 2014 (1)
- ► abril 2014 (3)
- ► febrero 2014 (2)
- ► enero 2014 (2)
-
►
2013
(31)
- ► diciembre 2013 (2)
- ► noviembre 2013 (2)
- ► octubre 2013 (1)
- ► septiembre 2013 (3)
- ► agosto 2013 (1)
- ► julio 2013 (2)
- ► junio 2013 (3)
- ► abril 2013 (3)
- ► marzo 2013 (5)
- ► febrero 2013 (6)
- ► enero 2013 (1)
-
►
2012
(20)
- ► diciembre 2012 (1)
- ► noviembre 2012 (3)
- ► octubre 2012 (4)
- ► septiembre 2012 (2)
- ► julio 2012 (2)
- ► junio 2012 (2)
- ► abril 2012 (1)
- ► marzo 2012 (2)
- ► febrero 2012 (1)
- ► enero 2012 (2)
-
►
2011
(18)
- ► diciembre 2011 (2)
- ► octubre 2011 (1)
- ► agosto 2011 (4)
- ► julio 2011 (3)
- ► junio 2011 (1)
- ► abril 2011 (3)
- ► marzo 2011 (1)
- ► febrero 2011 (1)
- ► enero 2011 (2)
-
▼
2010
(51)
- ► diciembre 2010 (2)
- ► noviembre 2010 (3)
- ► octubre 2010 (2)
- ► septiembre 2010 (4)
- ► agosto 2010 (4)
- ► julio 2010 (5)
- ► abril 2010 (7)
- ► marzo 2010 (5)
- ► febrero 2010 (4)
- ► enero 2010 (5)
-
►
2009
(38)
- ► diciembre 2009 (6)
- ► noviembre 2009 (6)
- ► octubre 2009 (8)
- ► septiembre 2009 (11)
- ► agosto 2009 (7)
Hola Pilar. Me encanta como escribes y prometo estar atento a tus libretas de viajes. Xosé Miguel
ResponderEliminarHola Xosé Miguel,
ResponderEliminarSieeeempre es un placer tenerte cerca, aunque sea virtualmente :-)
Bienvenido a mi blog.
Gracias por el cumplido, todo empezó por un motivo u otro hace unos meses y aquí sigo, tan feliz.
Boas noites
A mi me paso lo mismo con la puerta de embarque, jeje... y precisamente en Roma!!! Espero que hayas pasado unos dias geniales.
ResponderEliminarHola Noe,
ResponderEliminarPues vaya, a ver si va a ser cosa de Fiumicino... y sí, pasé unos días increíbles. Qué grande es Roma, en todos los sentidos...