Ayer me pasó una cosa curiosa.
Fui a comprar a una tienda de la zona ‘bien’ de la ciudad. Era un encargo y no hay muchas tiendas especializadas en temática religiosa por la ciudad. Así que allí estaba yo, realicé mi compra y cuando fui a pagar, la chica que me había atendido (de unos trentaitantos) cogió su calculadora, calculó y me dijo: 12 con 29. Esto es, 12 euros y 29 céntimos. Muy bien, 12,29 €.
De mi monedero saco un billete de 50 € y le pregunto a la chica si quiere que le dé en monedas 2 € y 29 céntimos (por aquello de ahorrarnos ambas una buena cantidad de monedas de cambio, porque con 40 € de lo que en mi pueblo de veraneo llamábamos ‘las vueltas’ estaría arreglado…). Me contestó “como usted quiera” en un tono de lo más amable; con lo cual, quise y le dí esa cantidad.
Tenía la caja registradora en el interior de la tienda, así que tuve que esperar un poco.
Al minuto, la chica regresa, me da el ticket y me dice “daban igual las monedas, le tengo que devolver 38 con 71. Yo lo cojo y antes de meter las monedas en el monedero le digo “no puede ser”, se supone que le he dado las monedas para que no me devolviera más monedas”. Se me queda mirando extrañada y me dice “un momento, déjeme ver el ticket "(el ticket que ella misma me había dado segundos antes). Le doy el ticket y tras examinarlo unos segundos más me dice: “vaya, es el ticket, está mal, es que yo solo hago lo que me dice la máquina”. La chica no había tenido en cuenta las monedas añadidas y había apuntado que yo le había pagado solo 50 €.
El malentendido se arregló rápidamente y yo me pude ir a mi casa con toda la celeridad que el transporte público me permitió, cosa que es Barcelona en muchas ocasiones es más una cuestión de milagros que de lógica.
Lo curioso fue su frase “yo solo hago lo que me dice la máquina”. Pues no, buena mujer, tal vez al contrario. ¿No fue usted quien pulsó las teclas de la caja registradora? ¿Por qué le dijo a la máquina que yo había pagado con una cantidad que no era la real? Acaso la mujer estaba equivocada. Ella no hacía lo que le decía la máquina, ella era quien le había dicho a la máquina algo equivocado. Qué culpa tendría en este caso la máquina, digo yo… y lo que más me preocupa, ¿tendrá remedio esta chica o se habrá maquinizado para siempre?
Blog creado para compartir ideas, sentimientos, realidades... todo aquello que haga sentirnos mejor.
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Hola maja.
ResponderEliminarJope, vaya cosas te pasan... pero si solo dices verdades como puños, nos abandonamos a lo facil, a no pensar, a no disfrutar, a no compartir... solo por que una maquinita dice si o no...si tenemos que hacer esto o lo otro, si tenemos que llamar a alguien por que es un compromiso, o por que sencillamente no tenemos interes en recordar algo positivo de esa persona... ¡¡Me niego a este juego!!
Tenemos que ser mas nosotros, al menos en lo importante, que de lo demas ya se encargan las maquinitas de marras...
Piensa en positivo, al menos conseguiste lo que buscabas.
Por cierto, un mes despues sigo creyendo en el amor...
Buena semana