miércoles, 16 de septiembre de 2009

Día del espectador

Hoy miércoles es el día del espectador para muchas personas y para muchos cines.
Pero para mí no.
Yo intento siempre que puedo ir al cine a ver las películas en su versión original, porque entienda o no entienda lo que los personajes dicen, su tono de voz lo dice todo, y es más natural. Al final, la película te gusta o no, pero lo hace por muchos motivos que nada tienen que ver con haber escuchado a los personajes hablando en un determinado idioma. Recuerdo haber visto la película india Agua, evidentemente no entendía nada de nada, y la película me encantó. Ojalá la viera todo el mundo, indios incluidos.
Así que para mí hoy no es el día del espectador, pero ha dado la casualidad de que he convertido este miércoles en un día del espectador más.
Ayer cogí una película en el videoclub (sí, amigos, soy una de esas frikies raras que no se bajan películas de Internet). Mi idea era haberla visto ayer y devolverla ayer mismo, que me hubiera salido más barato, pero alguien especial me propuso quedar a tomar algo y no lo dudé, lo primero es lo primero, y la dejé para hoy. La he visto y cuando la he ido a devolver, he encontrado otra que en su momento se me pasó en el cine y siempre que he ido al videoclub, también se me ha pasado (o no estaba disponible o excusas mil), así que sin dudarlo, también la he cogido, y si algún programa basura de la televisión no lo impide, también la veré hoy, con lo que habré convertido este día en mi particular día del espectador.
Por cierto, para vuestra información, la película que cogí ayer e iba a ver ayer, pero al final he visto hoy es El curioso caso de Benjamín Button, bastante buena (mejor hubiera estado en pantalla enorme), pero el mensaje que transmite es excelente, lo mires como lo mires, ojalá la viera todo el mundo, indios incluidos, por qué no.
La película que he cogido cuando e ido a devolver la del gran mensaje es Milk, que nada tiene que ver con la leche, de la cual ya hablé hace unos cuantos días, sino con Harvey Milk, un activista político de los años 70, que era gay y si no me equivoco (aún no la he visto) pagó un alto precio por serlo.
Os dejo, que la televisión me espera.
Por cierto, otro día os hablaré de lo mucho que ganan o pierden las películas si son vistas en una pantalla gigante o en la diminuta pantalla de nuestras humildes televisiones (u ordenadores) de nuestras casas.

2 comentarios:

  1. Todo son matices y puntos de vista... sobre gustos... etc. ;)

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  2. Claro, bienvenido a mi blog, Crisol. Como dicen, todo depende del cristal a través del cual se mira, y estoy muy de acuerdo con esa afirmación. Yo intento mirar a través del cristal de lo positivo, aunque confieso que no siempre lo consigo, pero me parece un buen comienzo. Por cierto, me encantó la actuación de Sean Penn. Espectacular. ¿Alguien sabe si es homosexual de verdad? Ah, disculpad, si es que ganó el Oscar por su actuación... claro, pues debe no serlo.

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