domingo, 7 de septiembre de 2014

Difícil de explicar

Habrá quien me tilde de loca, pero allá va mi declaración: yo creo en fantasmas y no en extraterrestres. Es curiosísimo, pero así es.

Lo que ocurre es que lo mismo podría creer en unos como en otros, porque el motivo para no creer en extraterrestres es que yo no me creo que se hayan presentado delante de nadie y hayan dicho… hola, soy un extraterrestre (aunque lo hiciera en su propio idioma)… vale, alguno me dirá que tampoco se han presentado los fantasmas a nadie… de eso ya no estoy tan segura.

A mí no, nunca, y espero que así siga siendo porque por mí se pueden quedar a mi lado siempre que quieran si no molestan ni hacen ruido, mi intimidad es mía y no la comparto más que con quien yo quiero y al menos, si van a manifestarse a mi lado, que me pidan permiso, digo yo… fuera de casa, en la calle, que hagan lo que quieran y se sienten a mi lado en una terraza, si eso les hace felices.

Pero volvemos a las apariciones o desapariciones… ¿qué nos lleva a pensar que son malas? La lógica religiosa en la que muchos nos hemos criado, porque el que es bueno en tierra (los menos) va de cabeza al cielo, los malos, de culo al infierno, pero ¿y los que se quedan en el purgatorio? Porque el Papa Benedicto XVI ya se encargó de dejarnos sin limbo…  pero ¿y el purgatorio? Exacto, de ahí tienen que venir, porque si no, no se explica que todos vengan en negativo. Todos vienen con ganas de vengarse de alguien, de ajusticiar algún hecho, y así nos los pintan, películas, libros, vídeos…

Este fin de semana fui a ver Líbranos del mal, que salvo que os guste aumentar el número de películas vistas del género o Eric Bana, que está bastante bien dentro de lo que cabe, no vale la pena que vayáis a verla. Era bastante mejor Expediente Warren, de 2013, que más o menos va de lo mismo, pero es más realista. No tanto como las caras de Bélmez, universales, pero está mejor que la primera.

Y aquí lo dejo, porque yo sé de una que al leer la última frase del párrafo anterior puede dejar de leer mi blog para siempre, y porque sé que es casi tan difícil cambiar la opinión de unos como y de otros (y tan respetables considero que somos todos) como demostrar los argumentos por los que esas opiniones se sustentan.

Os espero muy pronto para explicaros fenómenos más terrenales, pero hoy os dejo con una canción de lo más efectista demoníacamente hablando que ser humano haya podido crear… ello gracias al impulso de formar parte de la banda sonora de El exorcista, la melodía, por sí sola, puede resultar algo cansina si no es el momento adecuado de escucharla (los años setenta fueron muy especiales, para qué engañarnos), pero me ha parecido pertinente incluirla en su versión más original:


2 comentarios:

  1. Teniendo en cuenta que, según los astrónomos, solo conocemos el 5% del universo, casi es más fácil creer en extraterrestres que en fantasmas... jejeje

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  2. Hola Conchi,

    Muchas gracias por tu comentario. Si tienes toda la razón, pero una es tan pragmática que ralla el si no lo veo no lo creo y en no habiendo visto nunca un extraterrestre, mis dudas tengo... tampoco he visto nunca un fantasma, pero imagino que quiero creer... ;-)

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