Me indigno día tras días con el gobierno que ostenta el
poder actualmente en España. Han estado haciendo muchas cosas que uno entiende
‘lógicas’ desde su perspectiva, que no desde la mía. Desde su perspectiva
elitista, adinerada, empresarial, clasicona, clerical, etc.
Pero esta semana hemos llegado a lo que considero ‘demasiado
lejos’, a una nueva ley del aborto que cercena todas las libertades de mujeres
y hombres del siglo XXI. Sí, hombres y mujeres. A ver si se creen que cuando
una mujer aborta, solo lo hace ella. Acaso no haya una pareja al lado que la va
a acompañar en semejante trance. En fin.
Hoy quiero destacar algo casi tan grave como la ley en sí.
La maldad.
Esta mañana me he desayunado con el titular de un comentario
de Francisco Marhuenda en el programa La Sexta Noche, extraigo literalmente del
diario online El Economista ‘la mujer quiere libertad hacia su cuerpo, pero
¿para qué?’. No puedo abrir más los ojos de la sorpresa. ¿Quién osa
preguntarse, por retóricamente que pudiese parecer, para qué quiere alguien la
libertad?
Mientras intento buscar alguna lógica a ese pensamiento
(creedme, no la encuentro), sigo hacia delante. Con la esperanza de que esto
sea solo una piedra en el camino de la humanidad y que, de aquí a un par de
años, pongamos por ejemplo, podamos volver atrás, para seguir de verdad hacia
delante.
Feliz Navidad.
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