domingo, 26 de septiembre de 2010

Dos mejor que uno

Hace unos días os hablé de unos ojos azules hermosísimos y de otros aterradores, pero no os conté que el color de ojos que más me gusta es el que no sé definir. Seguro que todos conocéis a alguien cuyos ojos son azules o verdes o grises o marrones o todos a la vez. Esos son los que más me gustan. Los que sin duda me lían.
Pero no quería hablaros hoy de ojos otra vez, quería hablaros de besos (vamos mejorando, eh), en concreto de la costumbre de dar un beso, dos, tres o incluso cuatro para saludarse o despedirse, según los países.
En Irlanda es muy raro que alguien te salude con un beso, lo hacen siempre con la mano, así que la mujer que me esperaba en el aeropuerto se quedó algo petrificada cuando le estampé dos besazos de bienhallada en la mejilla (la española cuando besa…). Como al instante entendí que no era así como tenía que saludarles, al hombre le tendí la mano.
Lo gracioso es que después de convivir dos semanas con la familia, el hombre quiso despedirse a la española y el detalle hubiera quedado de lo más hermoso de no ser porque el hombre me dio solo un beso y claro, el siguiente se lo di al aire y aunque la escena quedó muy divertida, no me hizo mucha gracia, que en los tiempos de crisis que corren, no estamos como para desperdiciar nada, y menos un beso :-)

1 comentario:

  1. Pero que razon tienes... un beso es algo presioso y valioso... en fin, el se lo perdio...

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