Es mentar ‘paciencia’ y te vienen a la mente centenares de momentos, de actitudes, de personas, de palabras, etc. Creo sinceramente que la paciencia debería poder comprarse, porque la mayoría de nosotros, antes o después, andamos más bien escasitos.
Estoy pensando ahora mismo en la paciencia que hace falta para cocinar.
Mientras os escribo esto estoy preparando un (confío que delicioso) pollo relleno estofado.
La receta en sí no tiene mucha complicación, más bien, al contrario: cortar todos los ingredientes, cuando ‘estén’, convertirlos en compañeros de cacerola del pollo y esperar… vuelta y vuelta periódicamente para que se cocine por todos los lados y coja la sustancia que requiere y ya estará preparado.
Pues bien, en ese vuelta y vuelta me encuentro, llevo ya una hora y le queda aproximadamente lo mismo.
Sin paciencia es imposible llevar a cabo semejante empresa. Pero lo hago con mucho gusto, porque sé que los que lo coman, me lo agradecerán y porque sé que alrededor de la suculenta carne, pasaremos un buen momento. Es una fenomenal recompensa.
Pero no debemos confundir paciencia con un simple esperar.
Os pondré un ejemplo (que a mí nunca me ha ocurrido), ¿qué se obtiene de esperar a alguien en una cita 30 minutos si cuando llega ni siquiera te pide disculpas? Os lo diré, nada. Desesperarse en tal caso no es impaciencia, es desesperación, que proviene de des/esperar, y que implica perder la esperanza… y añado yo, de obtener beneficio alguno.
La paciencia es grande porque antes o después, tenemos algo bueno que recordar de haberla tenido.
Me desdigo, prefiero que no se venda, así es gratis.
Blog creado para compartir ideas, sentimientos, realidades... todo aquello que haga sentirnos mejor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Archivo del blog
-
►
2016
(10)
- ► octubre 2016 (2)
- ► septiembre 2016 (1)
- ► abril 2016 (2)
- ► marzo 2016 (4)
-
►
2015
(10)
- ► octubre 2015 (2)
- ► septiembre 2015 (2)
- ► agosto 2015 (1)
- ► julio 2015 (2)
- ► marzo 2015 (2)
- ► enero 2015 (1)
-
►
2014
(16)
- ► diciembre 2014 (2)
- ► noviembre 2014 (1)
- ► septiembre 2014 (1)
- ► agosto 2014 (2)
- ► julio 2014 (1)
- ► junio 2014 (1)
- ► abril 2014 (3)
- ► febrero 2014 (2)
- ► enero 2014 (2)
-
►
2013
(31)
- ► diciembre 2013 (2)
- ► noviembre 2013 (2)
- ► octubre 2013 (1)
- ► septiembre 2013 (3)
- ► agosto 2013 (1)
- ► julio 2013 (2)
- ► junio 2013 (3)
- ► abril 2013 (3)
- ► marzo 2013 (5)
- ► febrero 2013 (6)
- ► enero 2013 (1)
-
►
2012
(20)
- ► diciembre 2012 (1)
- ► noviembre 2012 (3)
- ► octubre 2012 (4)
- ► septiembre 2012 (2)
- ► julio 2012 (2)
- ► junio 2012 (2)
- ► abril 2012 (1)
- ► marzo 2012 (2)
- ► febrero 2012 (1)
- ► enero 2012 (2)
-
►
2011
(18)
- ► diciembre 2011 (2)
- ► octubre 2011 (1)
- ► agosto 2011 (4)
- ► julio 2011 (3)
- ► junio 2011 (1)
- ► abril 2011 (3)
- ► marzo 2011 (1)
- ► febrero 2011 (1)
- ► enero 2011 (2)
-
►
2010
(51)
- ► diciembre 2010 (2)
- ► noviembre 2010 (3)
- ► octubre 2010 (2)
- ► septiembre 2010 (4)
- ► agosto 2010 (4)
- ► julio 2010 (5)
- ► junio 2010 (5)
- ► abril 2010 (7)
- ► marzo 2010 (5)
- ► febrero 2010 (4)
- ► enero 2010 (5)
Me parece muy acertada tu reflexión sobre la paciencia "La paciencia es grande porque antes o después, tenemos algo bueno que recordar de haberla tenido".
ResponderEliminarLleva implícito un toque de esperanza, incluso en aquellas situaciones dolorosas que parecen nunca acabar.
Hola, María,
ResponderEliminarSin duda, parece como si los valores positivos fueran unidos unos a otros. Tú lo has dicho, un toque de esperanza incluso en las situaciones dolorosas, muy buen matiz. Muchas gracias por tu valiosa aportación.