lunes, 25 de abril de 2016

No te he visto

Cuando viajas en metro o tren, no es difícil leer los titulares grandes de los móviles de los demás. La gente acostumbra a tenerlos a una altura perfecta para leer los titulares del diario que ojean o los nombres de sus grupos de Whatsap.

Ayer me hizo mucha gracia una señora que le estaba escribiendo un mensaje a una Tata 2. El contenido del mensaje no alcanzaba a leerlo (ni lo hubiese leído de poder hacerlo), pero me quedé con la duda de saber si esa señora tenía dos 'tatas' o solo una tata y la tata tenía dos móviles... ahhh, curiosa existencia.

Pero lo que me gustaría destacar en el post de hoy es que hay muchas personas maleducadas.
 
¿Cómo se puede vivir siendo un maleducado? Me estoy refiriendo a los detalles mínimos de educación, como por ejemplo, que entre una mujer embarazada en el metro, con una barriga enorme y nadie se levante para cederle el asiento. Veo comportamientos así casi cada día en el metro.

'Ay, no te he visto, disculpa', es lo máximo que aciertan a decir cuando alguien les hace levantar.

Esas personas, ¿ven algo?, ¿piensan que están solas en el mundo? O lo que es peor, ¿acaso piensan que nadie más que ellos tiene derecho a ocupar ese asiento...
 
Desde hace tiempo me pregunto si no sería interesante que algunos adultos tuvieran que volver a la escuela de la educación, para intentar que todos los que vivimos en sociedad, lo hiciéramos más felices.
 
La semana pasada escuché por radio la promoción de un curso para padres, donde se les enseñaría a educar a sus hijos. Fue cuando vi clarísimo que en ese curso no se debía dejar de lado a muchos adultos. Me parece igual de necesario.

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