sábado, 22 de diciembre de 2012

Catalán

Hace apenas unas semanas mi mejor amiga y yo estuvimos en una cafetería de un barrio de Barcelona, Camp de l'Arpa, tomando unos croissants con chocolate y café con leche, respectivamente, y poniéndonos al día de los últimos acontecimientos de nuestras vidas.


En tres mesas bastante próximas estaban otra pareja de chicas y dos parejas más de chicos. En total, cuatro mesas ocupadas.


Mi amiga y yo hablamos castellano, y en un momento en que mi amiga salió fuera del local para hablar por teléfono pude comprobar que de las otras tres parejas que allí merendaban, dos hablaban en castellano y una en catalán.


Eso me llevó irremediablemente a pensar en la ley Wert y todo el revuelo que se ha montado al respecto del pobrecillo catalán.


Apuesto un café con croissant a que ninguna de las 8 personas que allí estábamos teníamos ningún problema por hablar un idioma o el otro, pero por el motivo que fuera, la distribución entre mesas era la que os he relatado.


Me pregunto yo qué pasaría si algún día dejásemos de manipular los idiomas a través de la política y dejásemos que la gente en la calle se apropiara de ellos, sencillamente, para comunicarse.


Ni catalán ni castellano están en riesgo de desaparecer en Catalunya, siempre que haya personas que podamos hablarlo.

1 comentario:

  1. Asi es, maña mia.
    Los politicos tienen la sana "virtud" de barrer para sus intereses, y creo que en este caso, no son los intereses de la gente corriente (trabajo, educacion y sanidad dignas...)
    Apa, hasta otra

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